Cargando contenido

Ahora en vivo

Seleccione la señal de su ciudad

De cada 10 linchamientos 5 son espontáneos y los demás organizados: Universidad Nacional




Un grupo de expertos académicos de la Universidad Nacional estudió el fenómeno del "linchamiento" en los últimos años en Bogotá, encontrando que la ciudadanía empezó a participar más en los temas de seguridad, teniendo como consecuencia, tomar la justicia "por sus propias manos".

El profesor Rosemberg Ariza, director de la investigación, dijo que el estudio había develado que los linchamientos ahora no sólo se daban de forma espontánea por alguna situación de seguridad, sino que además; se estaban dando en igual medida, de manera premeditada.

"En el caso de Bogotá, se están presentando unos factores que están mucho más allá del acto espontáneo, es decir, nosotros podríamos decir que de cada diez casos que ocurren de linchamiento, cerca del 50 por ciento, son actos espontáneos, pero los otros ya son actos organizados", subrayó.

El Sociólogo investigador, explicó que el fenómeno del linchamiento tiene una característica para la mayoría de estudiosos y es que es un acto espontáneo de la ciudadanía.

"Nosotros lo hemos denominado como un acto de autodefensa social, frente a un crimen de hurto, frente a un crimen de abuso sexual, frente a una ofensa digamos contra el patrimonio público, donde la ciudadanía reacciona espontáneamente", añadió.

Sin embargo insistió en que si racionalmente, por ejemplo, un grupo de comerciantes tiene un sistema de seguridad ciudadana para defenderse del hurto, en el momento en que aparece el ladrón o el delincuente, ellos estarán listos para actuar: "listos con palos para capturar al ladrón, y con palos no lo capturan para darle un abrazo, lo hacen precisamente para infringirle un castigo".

Rosemberg Ariza, precisó que sobre este punto es que están revisando el fenómeno, porque ya no es un acto espontáneo, sino que es un acto previsto, racional, "que desbordaría la lógica del arresto ciudadano y estaríamos en un campo de punibilidad".

Ariza también advirtió sobre la preocupación por los incrementos de formas privadas de seguridad o autodefensas ciudadanas que están proliferando en las ciudades.

"El fenómeno del linchamiento es una práctica social que reviste una dinámica particular debido a que se ejerce un control o un juzgamiento de unas determinadas acciones que son consideradas como delictivas, desde un ejercicio colectivo y autónomo del uso de la violencia física que es ilegal pero legítima para un importante grupo de personas", señala el estudio.

De acuerdo con el profesor Ariza, esta práctica es justificada por los ciudadanos, por el hecho de que la ciudadanía desconfía del aparato judicial para una efectiva garantía de derechos como la seguridad.

El académico también dijo que existe una "laxitud en las leyes y en la impunidad que caracteriza al Estado".

De hecho, la Universidad Nacional es contundente al afirmar que la desconfianza en la efectividad de las autoridades y la función del Estado, "hace que la sociedad cuestione el monopolio de la violencia física y legítima, casi siempre calificada como legal, por parte del Gobierno."

El profesor, calificó los linchamientos como "algo más que una respuesta visceral al incremento de la delincuencia".

Dijo también que la distinción de la legalidad o la ilegalidad es simple: "legal es aquello conforme a la ley, ilegal es aquello que no lo es".

En este mismo sentido, los expertos encontraron que el linchamiento por lo general se da como consecuencia de la realización o intento de un delito.

"Generalmente un robo simple, lo cual desata la ira de las víctimas (del delito) y de las personas cercanas que se percatan del hecho, todo el acto empieza con la intención de capturar al ladrón procurando hacerle el mayor daño posible, cuando sucede esto las personas que se encuentran en el lugar del hurto, se “solidarizan” con la víctima y luego con los ánimos alterados se busca castigarlo", subrayó el académico.

El profesor Rosemberg, aclaró que la investigación se hizo en el período del 2000 al 2015, y entre sus objetivos está esclarecer si los linchamientos representan formas de violencia urbana legítima o si, por el contrario, se ha consolidado como una práctica de odio social.

Sin embargo, dentro de todo lo que compone este fenómeno social, los profesores han identificado que así como existen las víctimas de linchamiento calificadas como "ratas", también existen quien las intenta defender, llamadas "pro-ratas".

"En el caso específico de los linchamientos: la calle y el internet son los espacios públicos. En la calle es evidente que se lleva a cabo el escarmiento de las comúnmente llamadas ‘’Ratas’’, en estos procedimientos violentos de buscar justicia por mano propia además de estar presentes los grupos en confrontación (linchadores-enemigo), están los ‘'Pro-ratas’'", aseveró.

El profesor, explica que los "pro-ratas", son los ciudadanos que priman la vida de la persona que ha robado y está a punto de ser golpeado, antes que a la justicia violenta.

"Son considerados por quienes están del lado del linchamiento como enemigos políticos (Confrontación de intereses políticos), pero no absolutos como es el caso de las ratas. Es evidente que al denominar a la delincuencia o el linchado con ese término se trata de deshumanizar el individuo y ver justa la eliminación de estas personas, prácticamente asesinar al enemigo de la humanidad no es un delito", indica el texto del informe.