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En Colombia hay cerca de 12 mil menores infractores: ICBF

Foto referencial: Archivo particular



Por: Juan Pablo Latorre Gil.

RCN La Radio conoció un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en el que se pudo establecer que en el país actualmente hay 11 mil 800 menores infractores.

Juliana Cortés, subdirectora de responsabilidad penal para adolescentes del ICBF, indicó que la mayoría de estos jóvenes se encuentran detenidos por delitos como hurto, tráfico de estupefacientes y lesiones personales.

"Los delitos que más cometen son el hurto agravado y calificado con casi el 40% del total. Luego le sigue el tráfico de estupefacientes y las lesiones personales que también se registran pero en menor porcentaje. El grueso de nuestros adolescentes, están relacionados con el hurto", dijo.

La funcionaria advirtió que de manera preocupante, en algunas regiones del país, los menores infractores están relacionados principalmente en casos de homicidios.

"Las dinámicas de la violencia en el país con estos adolescentes se han hecho más complejas y cada vez vemos más casos en jóvenes que han cometido delitos más graves como homicidios, dependiendo de la región donde se encuentren los menores" indicó.

Añadió que "casos como Valle del Cauca y Antioquia presentan un aumento significativo en homicidios, mientras en Bogotá puntean los casos de hurto calificado y agravado".

Cortés sostuvo que en el país existen 30 lugares de detención de menores, conocidos como 'correccionales', para aquellos jóvenes que tienen que pagar por sus delitos, privados de la libertad.

"Actualmente nosotros contamos con 30 centros de atención especializada a nivel nacional, donde los adolescentes cumplen con sus sanciones privativas de la libertad. Tenemos otro tipo de modalidades que son las no privativas y allí el Instituto también es responsable", aseguró.

La funcionaria indicó que los menores detenidos en centros de paso anualmente le cuestan al Estado unos 72 mil millones de pesos, con los que fácilmente podrían estudiar más de 24 mil jóvenes en universidades privadas.

"Más o menos un adolescente, después de un estimado que se hizo hace un tiempo, está costando un millón y medio mensuales y nosotros pagamos dependiendo de la cantidad de cupos que haya" dijo.

¿En manos de las bandas delincuenciales?

Por su parte, Hugo Acero, experto en temas de seguridad, indicó que uno de los problemas más complejos con respecto a la situación judicial de los menores, es que ellos se están convirtiendo en instrumentos de las bandas y organizaciones que lideran los adultos.

"Me preocupa de manera dramática el caso de los menores que están relacionados con el delito de homicidio, porque yo creo que en ese caso sí es un proceso instrumental, en donde estos jóvenes están siendo utilizados por las grandes 'mafias' y bandas para cometer crímenes", manifestó.

Agregó también que "hay grupos de jóvenes que desde muy pequeños ingresan a 'pandillas' y poco a poco se van profesionalizando a estas actividades delincuenciales, ya sea por necesidad o por tener algún ingreso".

Programas de resocialización no son eficaces

Entre tanto, el exfiscal general Guillermo Mendoza Diago, aseguró que la única forma de garantizar la resocialización de los menores infractores en el país, no es aumentar las penas, sino hacer eficaces estos programas.

"El primer problema es que a pesar de que las normas son claras y aplicables, y que las sanciones y correctivos son los que proceden, la manera de ponerlos en práctica no se ha atendido seriamente. No hay un verdadero programa de resocialización y readaptación para resolver esta situación", dijo.

Agregó que "los incrementos de penas que se han utilizado en los últimos tiempos para tratar la delincuencia, no han producido ese resultado que uno esperaría (...) No es el incremento de penas lo que soluciona el asunto, la idea más que nada es hacer efectivos los correctivos".

Añadió que "la situación es verdaderamente dramática y crítica, porque es muy elevado el número de menores infractores que hay en el país. Pero uno necesita examinar en primer término si el sistema de infancia y adolescencia en realidad tiene los elementos necesarios para ponerse en práctica. No basta con que existan normas y procedimientos (...) Por los resultados que uno ve, pues evidentemente la manera de poner en prácticas estas normas, no han sido efectivas".

Ampliación de jornada escolar, una de las soluciones

La ministra de Educación, Gina Parody, aseguró que una de las soluciones para este problema puede ser la jornada única estudiantil, con la que los menores podrían aprovechar su tiempo libre en actividades académicas, reduciendo el escenario en el que delinquen las bandas y grupos que los vincula con hechos delincuenciales.

"El principal programa que tiene el Ministerio de Educación, se denomina 'jornada única' y consiste en que los jóvenes puedan pasar más horas que el de su horario habitual en el colegio. Los colegios oficiales dan cinco o seis horas y lo que queremos es que eso se amplíe a ocho horas en todo el país (...) Y esto va a permitir que los niños pasen más tiempo en el colegio y enfocados en las actividades escolares y menos tiempo en las calles", manifestó.

Agregó que "Es probable que los menores actualmente tengan más tiempo ahora para realizar actividades no tan buenas, y lo que queremos es que pasen más tiempo estudiando y que además estén en un lugar seguro".

¿Es posible resocializarse?

En algunos centros de resocialización del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cientos de los menores infractores han logrado superar sus adicciones a las drogas y la comisión de varios delitos, y se han convertido en ejemplo para otros compañeros.

Este es el caso de Carlos y José, dos de los menores quienes a pesar de haber cometido delitos como homicidios, hoy son campeones de artes marciales y ayudan a los habitantes de sus comunidades.

"Consumía, mantenía peleando e irrespetando a la gente. Me la pasaba consumiendo drogas y robando y haciendo cosas malas. Pero practicando 'Hap Ki Do', pues esto es la mitad de mi vida y esto es muy bonito para mí. Ahora me siento orgulloso de que mi familia esté feliz de lo que hago (...) gracias a Dios quise cambiar mi vida a través del deporte y ahora soy una nueva persona y esta experiencia en estos sitios pues demuestran que todo lo que uno hace, lo paga" dijeron.

Otros menores resocializados en estos centros, aseguran que todas las personas deben tener derecho a una segunda oportunidad.

"Nunca me imaginé que iba a hacer algo como lo que hice (...) Lo más difícil fue ver a mi familia sufriendo y eso fue lo que más duro me dio. Acá he aprendido a valorar a mi familia y a madurar más y a ser otra persona en la vida", precisaron otros.