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Menos del 1% de los colombianos se cambian el nombre anualmente



Notariado dice que son menos de 1.000 colombianos al año que hacen modificaciones a sus nombres o apellidos.



El cambio de nombre, o de apellidos, es un procedimiento muy poco común en Colombia, a comparación de otros países europeos, en donde la gente tiende más a modificar su identidad.

El cambio de nombre sólo puede realizarse por dos vías: La notarial, que se hace voluntariamente; o la judicial, que es por orden de un juez.

En nuestro país, menos del 1 por ciento de las personas le hacen algún tipo de modificación a su nombre anualmente, comparado con la gran cantidad de registros civiles que se crean, según reportó el presidente del Notariado Colombiano, Álvaro Rojas Charry.

"El porcentaje es relativamente pequeño comparado con los volúmenes de registro de colombianos que estamos en el censo. Anualmente en el país no se superan los mil cambios de nombre, las mil correcciones sobre este particular y eso equivale si acaso al 0,05%", señaló.

¿Pero cómo se hace este procedimiento?

1. Acudir preferiblemente a la Notaría en donde se registró al momento de nacer.

2. Solicitar una escritura pública para cambio de nombre.

3. Cancelar 67 mil pesos en la Notaría.

4. Expedir un registro civil nuevo con las correcciones hechas al nombre.

5. Ir a la Registraduría para solicitar un nuevo documento de identidad.

Son muchas las razones por las cuales los ciudadanos le hacen alguna modificación a su nombre. Muchos lo hacen a lo mejor por tener mala relación con sus padres, otros porque no les gusta alguno de sus nombres o apellidos, en fin. Pero se debe tener en cuenta una cosa, esta modificación sólo puede realizarse una sola vez en la vida.

Hablamos con personas que se sometieron a este procedimiento, algunos por temas personales y otros por temas judiciales. Uno de ellos es David Alonzo, quien por algunas razones le hizo una corrección a su apellido.

"La corrección del apellido es de una sola letra, pero la hice por hacer una ruptura simbólica con mi familia paterna. Esa una decisión muy personal y correspondía a una decisión muy de mi identidad", sostuvo.

Conocimos otro caso, él nos pide omitir su nombre, pero nos cuenta que tenía los dos apellidos de su mamá, pero que por el reconocimiento de su padre y una orden judicial de hace algunos años, tuvo que adoptar el apellido de su padre.

"El peso es un poco más a la familia materna, ya estaba muy amañado al segundo apellido de mi mamá. Por ahí hay algunos remordimientos, pero para mi es mucho mejor tener el apellido de mi papá", dijo.

Ellos reconocen que la modificación a su nombre se convirtió por un tiempo en un proceso complejo, ya que tuvieron que modificar sus papeles como pasaporte, libreta militar, diplomas, trámites en la EPS, en los bancos, en empresas, licencia de conducción, etc.

Hay que hacer claridad en que el cambio de nombre no es un juego, ya que cuando fue expedido el decreto que permite realizar este trámite, muchos intentaron abusar de esta facultad que estaba entregando el Gobierno.