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Restaurantes orgánicos: Una tendencia que necesita ser explotada en Bogotá



"Básicamente lo que tu no pagas en tu alimentación, después lo tendrás que pagar en tu salud" Chef.



Por: Nathaly Ramírez Vargas

Ofrecer alimentos saludables con el hombre y el medio ambiente, es la premisa con la que los restaurantes de comida orgánica buscan crecer cada vez más y convertirse en una verdadera tendencia en la capital del país.

No hay cifras exactas sobre el número de restaurantes orgánicos que hay en la ciudad; sin embargo, según datos entregados por el del Instituto Distrital de Turismo se estima que aproximadamente 20 lugares se dedican a cocinar pensando en la salud de las personas y con la armonía que brinda el medio ambiente.

Cuando se habla de comida orgánica se hace referencia a "aquellos productos que se siembran en tierras limpias. Su producción está libre de químicos, pesticidas, fertilizantes o aditivos sintéticos" Así lo describe una pequeña productora, dueña de su propia huerta.

Camilo Zárate, chef y dueño de un restaurante orgánico, aseguró que uno de los grandes mitos que tiene este tipo de comida y que no ha permitido que la producción se masifique, tiene que ver en parte con los precios.

"Básicamente lo que tu no pagas en tu alimentación, después lo tendrás que pagar en tu salud, obviamente la producción no es la misma a comparación con los productos que se consiguen en cualquier tienda o supermercado".

No se debe confundir la comida orgánica con la vegetariana, "la comida vegetariana es una dieta; mientras cuando tu comes orgánico sabes por ejemplo que el pollo que te estás comiendo fue un animal que se alimentó con maíz y tallos, no se utilizó ningún producto para que creciera más rápido, lo mismo ocurre con la vaca y en general con todos los animales".

Los precios de los platos de comida orgánica varían, por ejemplo el popular 'corrientazo' se puede conseguir desde 15 mil pesos en adelante, básicamente ese es el precio más económico, hay platos que pueden costar hasta 50 mil pesos.

Respecto a los menús, el chef Zárate afirmó que por ejemplo como plato del día se puede tener "una sopa de lentejas con cúrcuma del Putumayo, yogurt griego y ramitas de cilantro, viene acompañado de pan artesanal, puré de plátano maduro, nueces de marañón, chatas de res o estofado, es una familia ganadera que tiene el matadero al lado de la finca".

Magdalena Barón, tiene otro sitio destinado a venderle a los clientes alimentos saludables, ella aseguró que el comer orgánicamente hace que todas las funciones del organismo sean mejores.

Algunas personas pueden preguntarse cómo puede variar un producto que normalmente se consume con uno orgánico y según Magdalena Barón "estos alimentos no tienen homogeneidad, por ejemplo algunos tomates, zanahorias o papas pueden ser más grandes o más pequeños, el sabor aparentemente no varía, pero los nutrientes son completamente diferentes".

Las personas que frecuentan este tipo de restaurantes destacan que "cambia todo, la piel, el cabello, nuestro sistema, todo funciona mejor, pensamos que todos deberíamos volver a estos alimentos de la tierra porque en verdad la salud de cada uno cambiará".

Incluso las personas que no van a estos lugares saben de las bondades y las enfermedades que se podrían prevenir si se consumen alimentos orgánicos.

"La comida orgánica hace que el organismo funcione mejor, lo que pasa es que todo es muy caro y no hay casi variedad o lugares donde se puedan conseguir estos alimentos, los sitios son muy escasos".

Municipios cercanos a la ciudad son algunas de las zonas en donde se cultivan alimentos orgánicos, un pequeño productor, aseguró que sembrar de esta manera tiene un ritual especial.

"Ningún alimento se produce durante todo el año, todo se da por cosechas. Para sembrar tenemos en cuenta las fases de la luna, es fundamental utilizar agua limpia sin ningún tipo de químicos, y por ejemplo para quitar las plagas sembramos alimentos que las ahuyentan".

Es así como se puede concluir que si bien es cierto que los restaurantes orgánicos son una tendencia, también se encuentra que aún son un nicho que necesita ser explotado a profundidad.