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Pescadores
Se trata de la carrera de millones de peces que inician su recorrido desde diciembre para alimentarse y reproducirse en la parte alta del Río Magdalena.
Foto: RCN Radio

Luego de varios años de sequía, avalanchas internas, desvío de las aguas, regresó la tradicional subienda, la carrera de millones de peces que inician su recorrido desde diciembre para alimentarse y reproducirse en la parte alta del Río Magdalena, lo que ha traído la bonanza para  miles de pescadores, comerciantes, turistas y compradores que aprovechan el milagro de la multiplicación de los peces en esta época del año.

Desde Puerto Berrío, pasando por La Dorada, Honda hasta Girardot, miles de personas se agolpan armados de chinchorros, cóngolos y atarrayas  para atrapar las ordas de nicuros, bocachicos, bagres, capaz, sardinatas y otras especies que saltan frenéticamente tratando de sortear las piedras y obstáculos  que enfrentan en su camino que  se prevé se extienda hasta finales de marzo o  comienzos de abril .  

Raúl Zorrillo ha sido pescador desde niño, una tradición de familia en el Puerto de Honda, está feliz porque después de un lustro o más regresó la subienda, aunque se queja porque este año a pesar de la abundancia y los buenos precios no hay muchos compradores.

“Este año tenemos mucho nicuro, bagre, capaz pero la gente no está comprando mucho, prefieren ellos mismos pescar y llevarse su propia pesca, los precios están buenos, una caneca llena vale 20, 30 mil pesos dependiendo el tamaño y la clase”, dice Zorrillo.

Pescadores
En esta época, el número de pescadores artesanales, turistas y vecinos de poblaciones cercanas se triplica.
Foto: RCN Radio

En esta época de la subienda, el número de pescadores artesanales, turistas y  vecinos de poblaciones cercanas se triplica, la economía se dinamiza. El alcalde  de Honda, Juan Guillermo Beltrán,  dicen que hay campo para todo el mundo, desde los que llegan a pescar por afición, las familias que hacen camping a la orilla del río y  los pescadores profesionales que vienen a aprovechar para vender el producido y sostenerse durante varios meses.

Sobre el puente Luis Ignacio Andrade, que une a Honda con Puerto Bogotá, todos los días se apuestan decenas de vendedores de pescado que compran el producto a quienes faenan abajo en el  Magdalena.  Sus caras lo dicen todo,  están contentos luego de la crisis que tuvieron que padecer por más de 5 años cuando no había suficiente pescado.

Pero además, con la subienda llega la mejor época a restaurantes y comederos populares,  exquisitos platos a buenos precios, Doña Marta, dueña de un establecimiento en el centro de Honda, acota que hay buen surtido de especies de río y se puede preparar un buen plato de bocachico con yuca, plátano y arroz o un viudo de capaz con consomé a precios que oscilan desde los 12 mil hasta los 28 mil pesos dependiendo del tamaño de los pescados.

Este fin de semana se cumplirán los 50 años del carnaval cultural de la subienda, que le rinde tributo al Rio Yuma, como los aborígenes llamaban al gran Rio de la Magdalena, y los hondanos lo  celebrarán como no lo hacían hace muchos años, gracias al milagro de la multiplicación de los peces.

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