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Espejismos de modernidad en Cien años de Soledad

Cien años de Soledad, la novela cúspide del nobel colombiano Gabriel García Márquez, ahora está retratada en tres murales del colombiano Óscar González, conocido como 'Guache', y del norteamericano Andrew Pisacane, 'Gaia', en los pasillos de la Biblioteca Nacional de Colombia.

Foto RCN Radio



Por: Daniela Miranda

Cien años de Soledad, la novela cúspide del nobel colombiano Gabriel García Márquez, ahora está retratada en tres murales del colombiano Óscar González, conocido como 'Guache', y del norteamericano Andrew Pisacane, 'Gaia', en los pasillos de la Biblioteca Nacional de Colombia.

Como homenaje al medio siglo de la primera edición de la obra y en un proyecto llamado ‘Diálogos convergentes’, los visitantes podrán observar e interpretar escenas de mujeres con flores en mano y la mirada perdida en el horizonte, gallos luchando mientras que un militar es alienado por su celular y una pareja abrazada siendo testigo del amor y la muerte.

"Después de hacer una lectura de la obra quisimos hacer una representación alegórica no descriptiva. Acudimos al simbolismo y generamos tres paneles en un juego de representación de arquetipos culturales que aparecen en el libro: "El guerrero", "La Matrona", "El amor y la muerte" combinadas con unas metáforas sobre la soledad contemporánea expresada por el uso de las tecnologías", dijo ‘Guache’, un diseñador gráfico de 36 años que desde hace más de una década se dedica al arte urbano.



Según el artista, la palabra 'Guache' es de origen indígena, muisca, que da como significado: Guerrero. "Desde que inicié en el arte urbano decidí hacer un honor a esta palabra y en un ejercicio de colonización del lenguaje busco transformar el significado que la colonia le otorgó en un asunto peyorativo y despectivo para referirse a la clase popular en medio de un juego lúdico con simbolismo al igual que lo hago con mi pintura", afirma.

En un tríptico llamado “Espejismos de modernidad”, los artistas abordan facetas que consideran representativas de la novela de García Márquez, reconocido por crear con su pluma el mundo del realismo mágico con elementos del caribe colombiano. "Cada muro explica un tipo distinto de dilema o, si se quiere, de problema nacional, por supuesto teniendo como base la condición humana”, sostuvo “Guache”.

La soledad del siglo XXI

Sin embargo, esta vez la historia de la familia Buendía no sera contada de la misma forma que hace cincuenta años. En esta ocación ambos muralistas reinterpretaron y trasladaron al siglo XXI la obra agregandole un ingrediente personal: la soledad que se vive cada día por el uso de las nuevas tecnologías. "Es una lectura muy literal del libro. Lo único que definitivamente creo que es un aporte nuestro son los elementos que crean soledad en nuestra época”, explicó Guache.

La primera pieza que custodia la entrada de la biblioteca fue titulada “La guerra”, en donde dos gallos luchan por su vida bajo la ley de la espuela pero su disputa parece no inmutar a un militar con cara de ave que tiene su mirada clavada en un celular.

Mientras que, al lado izquierdo en “El amor y la muerte”, tres parejas expresan su afecto mutuo ante el revoloteo de una mariposa amarilla y la vigilancia de una calavera rodeada de plátanos.

[imagewp:372539] Foto RCN Radio

Por el lado derecho “La mujer”, una matrona con la mirada perdida en el horizonte mientras sostiene un ramo de flores amarillas. A su lado, una mujer carga a su hijo y otra, un cuadro de un avión, mientras son iluminadas por un profundo cielo azul. "Es el juego de la soledad y del escape de la realidad a través de la tecnología”, explicó el artista callejero que ha pintado en paredes de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Oscar González, “Guache”, recuerda que el primer acercamiento que tuvo con Cien años de soledad fue en el bachillerato, un poco obligado por la disciplina de la academia y también por la curiosidad de conocer el diamante más reconocido de Gabo. "Es una novela que toca todos los temas de la condición humana y además tiene una cosa increíble, y es cómo la magia y la cultura del Caribe se ven expresadas en ese libro. Eso es lo que queremos representar un poco acá", señaló.

Cada una de las obras, con un estilo cercano al muralismo tradicional y que decorarán las salas de la biblioteca por al menos dos años, mide 13 metros de alto por 10 de ancho. Para ellas usaron más de 35 galones de pintura acrílica y casi 100 latas de aerosol en colores llamativos. "Quería retratar la ciudad de los espejos (Macondo), y lo logré siendo para mí un honor el que me hayan escogido plasmar la magia la obra y que el resultado este abierto a cualquier interpretación contemporánea por parte del público”, finaliza el artista.

El tiempo que se tardó en la producción fue de tres semanas mientras que en la pre producción fueron quince días; el costo estuvo cerca de 10.000 dólares, aproximadamente $30´000.000, financiado por la embajada de EEUU en Colombia, el Ministerio de Cultura, el Insitituto Distrital de las Artes, el Centro Colombo Americano y la Biblioteca Nacional.