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Michael Phelps habló de sus problemas de depresión y cuando quiso suicidarse

Foto tomada de AFP



En una conferencia de salud mental que se lleva a cabo en Chicago, Michael Phelps hoy reconocido nadador olímpico con más triunfos en la historia de este deporte, admitió que sufrió de depresión y que quiso quitarse la vida.

La sorpresiva confesión de uno de los mejores deportistas en los últimos años dejó a todo el auditorio boquiabierto. Phelps relató que llegar a ser el nadador profesional que es hoy "fue fácil" comparándolo con el problema que tuvo por la depresión y sus pensamientos suicidas.

"Después de cada Olimpiada, creo que caí en un gran estado de depresión", admitió Phelps en diálogo con el periodista de CNN, David Axelrod.

El deportista estadounidense recordó que una de sus más duras derrotas se dio en los Olímpicos de Sidney, en el 2000, donde perdió la carrera por "menos de medio segundo". Y fue allí donde inició su problema de ansiedad y depresión.

Parece que obtener títulos era lo único que importaba en la vida de Phelps, que se cegó al no poder obtener este título con el que había soñado tanto y allí comenzaron a llegar sus pensamientos suicidas. La palabra derrota no estaba en su vocabulario.

Sin embargo, fue en 2004 cuando su problema recrudeció y entendió que necesitaba ayuda. En ese año fue además acusado por conducir bajo estado de embriaguez.

Luego en 2008, cuando obtuvo un récord de ocho medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing, se filtró una foto en la que aparecía consumiendo drogas. Aunque se disculpó los comentarios de sus seguidores y los medios no lo perdonaron.

Su carrera aunque era exitosa se veía ensombrecida por estas actuaciones. Phelps le narró a CNN que consumir drogas era una forma de huir de los problemas como "auto medicarme todos los días, para tratar de arreglar lo que sea que estaba saliendo mal".

(Phelps se casó en secreto antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016)


No obstante, aunque Michael había superado un récord mundial en los Olímpicos de Londres 2012 calificó este año como la "peor caída" que tuvo en su vida. Aunque se colgó 22 medallas de oro hasta ese momento dijo que nuevamente entró en depresión y "no quería estar en el deporte (...) ya no quería estar vivo".

No quería estar con nadie, permaneció solo por una semana encerrado en una habitación sin hablar con nadie, no comía y apenas dormía unas horas. Dice que tenía claro que "no quería estar vivo".

Y fue allí donde tocó fondo y buscó ayuda. Michael inició un tratamiento por la enfermedad mental que padecía y decidió implementar ese manejo del estrés en su Fundación Michael Phelps para ayudar a esas personas que tienen este tipo de problemas.

"La enfermedad mental tiene un estigma y eso es algo con lo que nos enfrentamos todos los días y creo que esta es la única forma en que puede cambiar", afirmó Phelps haciendo un llamado a la sociedad para que entienda que "está bien no estar bien".

"Esa es la razón por la cual las tasas de suicidio están subiendo: las personas temen hablar y abrirse", agregó Phelps.

Finalmente dice que le agradece a Dios porque no se quitó la vida.