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Portugal no necesitó a Cristiano en la final



A pesar de haber igualado en nueve tantos a Platini, en los cuatro torneos que disputó, Cristiano Ronaldo, no jugó ni media hora de la final de la Euro, en la que venció en tiempo de prolongación a una entusiasta, pero poco efectiva selección local de Francia.
Cristiano pasará a la historia como el ex presidente de la UEFA, aunque su aporte en el decisivo encuentro fue nulo.

Portugal tuvo tres factores claves. Su paciente orden defensivo, a tal punto que en la fase de grupos no gano ninguno, y con tres empates avanzó. Luego fue pasando series, en tiempo extra o desde el punto penal. Solo en la semi se deshizo de Gales, en los 90.

 

El segundo factor, la versatilidad de sus volantes, uno el más joven y promisorio, Renato Sánchez, que se marcha a Bayern Múnich, los otros expertos y capaces, Moutinho, Quaresma, Adrien Silva, Nani, que indistintamente eran apoyo defensivo o atacantes. Y la fe inquebrantable del técnico Fernando Santos, quien dejó a Grecia, tras el Mundial de hace dos años y obró el milagro que los portugueses soñaron hace mucho tiempo, ser campeones de algo serio.

 
Francia queda debiendo, con un equipo estelar, en casa, con su público y necesitado de dar un golpe en la mesa, atravesando una difícil situación político-social. La unión del país se vio clara, pero en la final, la selección no estuvo fina, los postes, y la ansiedad privaron al equipo de Deschamps, de algo que descartaba la crítica.
Alemania, que lleva 20 años sin ganarla, España doble campeona defensora, Inglaterra y Francia, no pudieron pese al favoritismo que se les otorgó.

 

El fútbol ha vuelto a dar otro ejemplo. No por tener los mejores jugadores, los equipos pueden salir campeones por obligación. Lo probó Portugal sin su mejor hombre, CR7,en esta insípida final.
Quedará en la memoria y retina de todos, lo que hizo la modesta Islandia hasta cuartos y Gales, que 58 años después de perder el Mundial ante Brasil, demostró que la banda de Bale, toca bien, cuando le dan opciones, aunque no era favorita sino de las madres y familia de sus jugadores, para arribar a una semifinal.