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Las universidades públicas son inviables financieramente

Tuvimos que esperar a que una agencia de calificación de riesgo lo dijera: las universidades públicas cuentan con un sistema de financiación que es inviable financieramente.

Foto Colprensa - Luisa González


Por Jorge A. Restrepo

Tuvimos que esperar a que una agencia de calificación de riesgo lo dijera: las universidades públicas cuentan con un sistema de financiación que es inviable financieramente.


En un reporte publicado ayer, la agencia de calificación de riesgo Fitch prendió las alarmas sobre los déficits financieros que deja la operación de las universidades públicas y otras entidades de educación superior públicas en Colombia. (Lea también: Fitch alerta por creciente déficit financiero de las universidades públicas)


El aumento de los gastos por encima de los ingresos, y las responsabilidades pensionales en el corto plazo, explican que este déficit se haya disparado.


Por una parte, los ingresos que apropia en su presupuesto la Nación para las universidades están ligados a la inflación, desde la Ley 30 de 1992, lo cual ha llevado a que, descontando la inflación, las universidades reciban cada vez menos recursos.


La siguiente gráfica de Fitch muestra la brecha de financiación en términos reales:



Por otra parte, muchos de los costos de las universidades, dice la agencia, incluyendo los salarios de los profesores, los costos de tecnologías de la información y de acreditación internacional suben muy por encima de la inflación, explicando el creciente déficit.


Los déficits, de acuerdo con Fitch, son estructurales y como tal, es muy probable que en muchas universidades se hayan venido acumulando en la forma de mayor deuda de las instituciones.


Para la agencia, estos déficits "debilitan su viabilidad financiera y por tanto nuestra mirada sobre su capacidad crediticia".


Esta afirmación de la agencia conducirá muy probablemente a las entidades financieras a revaluar las condiciones de crédito de las universidades, haciendo aún más difícil su situación financiera.


Las universidades públicas, reconoce Fitch, han hecho esfuerzos para conseguir recursos de consultoría y meterse en otros negocios, como la asesoría y las auditorías. Esto les ha permitido, para la agencia, contribuir a cubrir su déficit, pero no han sido suficientes para compensar el crecimiento en los costos.


En la reforma tributaria del 2014 el Congreso aprobó que parte del impuesto CREE fuera dirigido a financiar las universidades, pero a recursos de capital y no a cubrir estos déficits que son de naturaleza operacional.


Las estampillas que ha creado el Congreso, como una contribución impuesta a contratos de obra pública tampoco han creado recursos para resolver este déficit, pues también se dirigen en su mayoría a costos de inversión, infraestructura o a cubrir pensiones.


Fitch señala, de manera interesante, que esta combinación de ingresos dirigidos a capital -los recursos del CREE y las estampillas- han llevado a que las universidades logren recursos de deuda que pagan con esas fuentes de ingresos, pero no a resolver su déficit operacional corriente.


En últimas, lo que dice la agencia es que lejos de resolver el problema de la financiación de las instituciones universitarias públicas, la combinación de fondos de capital y el congelamiento de sus ingresos ha llevado a su inviabilidad financiera.


¿Qué haremos para superar este serio problema?