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La despedida de Vicente Fernández en el Azteca

Foto: AFP



Como los grandes, Vicente Fernández logró llenar el Estadio Azteca para despedirse ante 85 mil personas con un gran show gratuito bautizado, “Un azteca en el azteca”.

Vicente no se podía retirar sin cumplir con su famosa frase: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar”.

Así que a lo largo de tres horas y 35 minutos, interpretó cerca de 60 de sus grandes éxitos, entre ellos "Estos Celos", "Lástima Que Seas Ajena" y "Motivos".

El llamado "Charro de Huentitan" compartió escenario con su hijo Alejandro Fernández con quien cantó “Paloma querida”, “No volveré”.

Luego, él sólo deleitó a la concurrencia con “Mátalas”, y una de sus canciones favoritas, en honor a su papá: “Qué falta me hace mi padre”.

"Te juro que jamás voy a dejar morir la música mexicana y que la seguiré llevando a todo el mundo", esta fue la promesa que le hizo Alejandro a su padre ante un estadio Azteca repleto. Vicente se fue contento, cumplió su sueño, se retiró como él quería, como un grande y en un lugar grande.