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El Buque Escuela Gloria, la travesía de decir adiós

Las historias de barcos terminan siendo casi siempre de leyenda, desde la Nao Victoria que inició la primera navegación alrededor del mundo con 350 hombres y regresó con 18, la de la Galera Marquesa en la que combatió Cervantes en la batalla de Lepanto o la del San Juan Nepomuceno que, al mando del audaz Churruca, se batió hasta ser rodeado por seis navíos ingleses en Trafalgar.

Pues este fin de semana Colombia le dijo adiós al embajador más internacional que se pueda tener, el Buque Escuela Gloria partió para volver luego de seis meses a traer las historias que dejaron los visitantes en sus imponentes rincones enmarcados en madera, y llevando a bordo 150 sueños que empiezan a hacerse realidad, uno de ellos el de la cadete María Paula Abello.

"Se siente siente una emoción muy grande porque es la experiencia de conocer, de aprender. Lo que más me gusta son las velas, las velas y el pabellón porque cuando el buque zarpa, el pabellón es lo que se ve más lindo por los colores llamativos, el tricolor de Colombia, lo mismo cuando se izan las velas, yo creo que no hay palabras para describirlo", dice María Paula.

La cocina de El Gloria lleva también los hogares de los 67 cadetes que van a bordo, envueltos, pescado frito, arroz de coco, tamales y unos platanitos tentación no pueden faltar en el menú. Los padres a la orilla, los despidieron sintiendo que estarán como en casa y claro, para que se conviertan en Hombres de hierro en barcos de madera.

"Que vaya con Dios", "Orgulloso de tener un hijo que le está prestando al país", "Es un orgullo despedir a mi nieto después de 13 años en la Armada", dijeron algunos de los familiares al despedir a sus hijos, nietos y hermanos.

Alguna vez Miguel de Unamuno escribió que "se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte", frase que tal vez no aplica para los integrantes de El Gloria que noche tras noche juegan fútbol en la proa, hacen torneos deportivos o se enmarcan en la aventura del cine bajo las estrellas, un privilegio que tienen pocos, ellos, como destaca la mamá de María Paula.

"Es una satisfacción, un orgullo gigante es Brigadier Mayor de embarque, es una satisfacción podemos demostrar que las mujeres si podemos", dice la madre.

Y no viajan solos, 47 millones de colombianos viajan en El Gloria gracias a una iniciativa de la armada y Procolombia para que en cada puerto, los visitantes escuchen las historias más asombrosas de una Colombia pintada de colores…

Buen viento y buena mar entonces, las despedidas casi nunca son felices pero seguro la bienvenida después de visitar nueve países europeos traerá grandes historias anudadas en los cabos del Buque Escuela Gloria.