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La UE defiende el "estilo 'cool'" de su presidente

La Comisión Europea defendió este martes el "estilo 'cool'" de su presidente, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, por la familiaridad con la que se mostró en la cumbre de Riga con los líderes europeos, saludando incluso al primer ministro húngaro, Viktor Orban, con un "hola dictador".

En la apertura de la cumbre de Riga el jueves pasado, durante el saludo de bienvenida, el presidente Juncker dejó de lado todo protocolo al recibir a los mandatarios y jefes de delegación del bloque lanzando palmadas e incluso cachetazos afectivos con comentarios que desentonan de todo lenguaje diplomático.

Al recibir a Orban, Juncker lo recibió con un "Hola dictador".

Juncker "es conocido por su estilo muy informal, y a menudo 'cool'", dijo este martes su portavoz, Margaritis Schinas.

Este episodio "fue un momento muy divertido de una larga y aburrida ceremonia de bienvenida" de la cumbre organizada para reforzar la cooperación con los vecinos del Este de Europa, insistió.

Juncker, de 60 años, "es político desde hace 35 años, y (fue) primer ministro (de Luxemburgo) durante 19. Conoce muy bien a todos los dirigentes" europeos con quienes "tiene relación de mutua confianza", agregó Schinas.

El portavoz recordó que Orban replicó a Juncker con un "Gran duque". Schinas se rehusó sin embargo a todo comentario sobre lo que piensa realmente Juncker de la cuestionada política de Orban. El primer ministro acaba de provocar una polémica en la UE al sugerir que se reabra el debate sobre la pena de muerte.

Durante la ceremonia Juncker multiplicó las palmadas y besos a los dirigentes europeos. Besó incluso la pelada del primer ministro belga, Louis Michel.

El jefe de la diplomacia luxemburguesa, Jean Asselborn, recibió una fuerte cachetada, mientras que el vicepresidente del Comité de Regiones Europeas, el belga Karl-Heinz Lambertz, recibió una reflexión sobre su prominente barriga justo antes de la foto protocolaria.

Juncker también se interrogó en varias ocasiones en voz alta sobre la identidad de los responsables y lamentó perder el tiempo.

Juncker es conocido por su franqueza a la hora de expresarse. Su comportamiento, fuera de la norma, le valió también acusaciones de tener debilidad por el alcohol.

Al frente de la Comisión Europea desde noviembre tras la victoria del partido conservador europeo en los comicios del bloque, se dio por misión reconciliar a la opinión pública conquistada por el antieuropeísmo.