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El choque entre Kuczinsky y fujimoristas se cobra a todo el Ejecutivo peruano

El Congreso peruano retiró hoy su confianza al gabinete del primer ministro Fernando Zavala, lo que obligará a su cese, junto con el de todos los ministros, y a la formación de un nuevo Ejecutivo antes de 72 horas.

Tomada de la página del Congreso de Perú.


La tensión entre el Congreso de Perú dominado por la oposición fujimorista y el Gobierno de Pedro Pablo Kuczinsky estalló hoy con la retirada de la confianza parlamentaria al primer ministro Fernando Zavala y el gabinete.

Tras un áspero debate, tan solo los 22 diputados de partido Peruanos por el Kambio y de Alianza para el Progreso votaron a favor de mantener la confianza del primer ministro.

El resto de los 115 diputados presentes, encabezados por los 71 del fujimorista Fuerza Popular, los más beligerantes en contra del Ejecutivo y quienes anunciaron de antemano su disposición a negar el apoyo a Zavala, negaron su apoyo al Gobierno o se abstuvieron, dejando en evidencia la fractura entre los poderes Legislativo y Ejecutivo del país.

La votación que abre una crisis institucional que deberá saldarse con la formación de un nuevo Ejecutivo en las próximas 72 horas, fue fruto de la decisión de Zavala de someter a todo su Gobierno a un voto de confianza antes que permitir que la cámara censurara a la hasta ahora ministra de Educación, Marilú Martens.

De haber sido censurada, hubiera sido el cuarto ministro y el segundo de Educación en ser cesado por presión parlamentaria en menos de un año.

El antecesor de Martens, Jaime Saavedra, fue censurado en diciembre pasado con los votos mayoritarios de Fuerza Popular y en junio pasado también debió renunciar el anterior ministro de Economía, Alfredo Thorne, tras perder el voto de confianza del Legislativo.

El Congreso peruano también interpeló al primer vicepresidente del país, Martín Vizcarra, quien luego renunció como ministro de Transportes y Comunicaciones para evitar una censura del fujimorismo y una mayor fractura entre Gobierno y Parlamento.

Cada uno de estas interpelaciones y censuras estuvo acompañada por un cruce de acusaciones y amenazas veladas por parte del Gobierno de escalar la crisis, si bien Kuczinsky siempre se mantuvo en un cauce conciliador para intentar mantener buenas relaciones con el fujimorismo, lo que también le valió muchas críticas de otros sectores políticos, que lo acusaron de "ceder al chantaje".

Fuerza Popular, liderada por Keiko Fujimori, la hija mayor del expresidente encarcelado Alberto Fujimori y quien fuera derrotada por escasos votos por Kuczinsky en las presidenciales de 2016, cuestionó desde un primer momento las políticas del Ejecutivo, rehén de su amplia mayoría parlamentaria.

Martens iba a ser censurada, según sus críticos, por su mala gestión de la huelga de maestros, que dejó más de dos meses sin clase a los alumnos peruanos, aunque para el Gobierno se trataba más bien de una forma de liquidar la reforma educativa que constituye uno de los pilares irrenunciables de su programa.

Con ese paso, Zavala obligó al parlamento fujimorista a "quemar" una de sus dos posibilidades para censurar al Gobierno, cuando este lleva poco más de un año en el poder.

Si el Parlamento reprueba dos gabinetes en una legislatura, la Constitución peruana habilita al presidente a disolver la Cámara y convocar nuevas elecciones, una circunstancia que solo perjudicaría a los fujimoristas, que pondrían en juego su mayoría parlamentaria.

De hecho, este tema estuvo muy presente en el debate y varios diputados fujimoristas defendieron la censura afirmando que "no tienen miedo" de perder su escaño en una hipotética elección, al tiempo que insistieron en califica de "irresponsable" el paso dado por Zavala.

Según dijeron, la intención del Gobierno con este paso es "intimidar" a los diputados para que no vuelvan a interpelar a ningún ministro so pena de forzar unas elecciones anticipadas.

El premier sin embargo se presentó ante el Parlamento dolido por lo que consideró intentos de "querer socavar una política de Estado fundamental, sobre la que los peruanos no queremos retroceder".

"La calidad de la educación de nuestros estudiantes está en juego, no pongamos en jaque ese futuro por cuestiones coyunturales", anotó.

El jefe del gabinete añadió que "ahora es responsabilidad del Congreso decidir si se le otorga o no" la confianza, la cual pidió que se votara en el mismo porque "el país no puede esperar".

Ahora la cuestión es cómo reconstruirá su Ejecutivo el presidente y si podrá contar con alguno de los ministros censurados en el mismo, aunque sea en otras carteras.

Ese nuevo gabinete si estaría, o al menos así se espera, más protegido que el anterior, ya que el Congreso tendrá que cuidarse más a la hora de presentar cuestiones de confianza.

A Kuczinsky le restan todavía cuatro años de Gobierno, y la posibilidad de que pueda convocar elecciones anticipadas es ahora una opción real, por lo que esta gran crisis de gabinete podría significar al mismo tiempo un alivio para el mandatario.

Por: EFE