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Temer, acusado de corrupción, debe volver a salvar su mandato

Presidente de Brasil, Michel Temer / Foto AFP


Niveles récord de impopularidad y graves acusaciones de corrupción que haría dudar a los políticos más experimentados, no amedrenta al presidente de Brasil, Michel Temer, que espera esta semana enterrar su segunda denuncia penal en manos de los diputados.


Con un Congreso dominado por sus aliados, el gobierno espera ganar la votación que decidirá mañana si las acusaciones de "asociación criminal" y "obstrucción a la justicia" que pesan contra el mandatario deben ser analizadas por la corte suprema o congeladas hasta el fin de su mandato.


Hace dos meses, el presidente conservador logró vencer la primera acusación -por corrupción pasiva- y salvó su mandato por una amplia mayoría de votos de una Cámara también bajo sospecha: de los 513 diputados, 185 son objeto de investigaciones por corrupción.


"Temer representa la supervivencia del antiguo establishment. Si él cae hoy, ¿quién caerá mañana?", se pregunta el profesor de Derecho Constitucional Daniel Vargas.


"Temer es un profesional de la política. Sabe manipular la máquina y hallar los aliados que necesita", agrega.


El mandatario, de 77 años, asumió el poder en 2016 tras la caída de la izquierdista Dilma Rousseff. Desde entonces, este veterano de la política ha logrado mantenerse en pie, pese a los escándalos que forzaron la renuncia de varios de sus ministros, e impulsar ajustes reclamados por el mercado como estrategia para sacar al país de la recesión.


Sus adversarios lo acusan de utilizar fondos públicos para "comprar" el apoyo de los legisladores, otorgándoles partidas presupuestarias para realizar obras en sus Estados.


"Pese al desgaste de este gobierno, a estos diputados (Temer) todavía les resulta ventajoso", explica Antonio Augusto de Queiroz, analista del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria (DIAP).


AFP