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Indígenas ubicados en albergue piden limosna en las calles de Bogotá

Foto: RCN


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Mujeres indígenas víctimas de desplazamiento deciden todos los días salir a pedir limosna en diferentes sectores de Bogotá, en muchas ocasiones junto a sus pequeños hijos.


Mientras que las autoridades nativas aseguran que puede haber una red delincuencial detrás de estas prácticas de mendicidad, organismos estatales encargados de atender a las comunidades en un albergue no responden por esta situación.


Es un panorama que se repite todos los días. El escenario es un lugar muy cerca de la Plaza de Bolívar en pleno centro de Bogotá. Aquí empieza el día para las mujeres de la comunidad Embera acompañadas por un hombre que posteriormente se aleja mientras ellas escogen el lugar en el que se sentarán para pedir limosna.


https://youtu.be/sQCywqD47Fg

Higuinio Obispo, secretario general de la Organización Nacional Indígena de Colombia, confirma que la falta de atención del Estado hacia las víctimas y las consecuencias de un conflicto cuyos ecos aún están presentes en las regiones, son las causas del desplazamiento de las familias de nativos.


"Gente con hambre, gente tirada en la miseria, ubicado en la extrema pobreza, pues no va a tener la posibilidad de pensar sino que tiene la mínima posibilidad de ubicarse en el día a día, en lo cotidiano para poder sobrevivir", señala el líder nativo.



Los Embera son comunidades provenientes del departamento del Chocó. En sus atuendos predominan los colores fuertes como el naranja y el morado. En ocasiones portan un collar artesanal y una manta que sirve para cubrirlas y para llevar a sus pequeños hijos en sus espaldas. En muchas ocasiones y sin importar las condiciones climáticas se mueven por las calles de Bogotá descalzas. Cerca de las 2 de la tarde, sacan de un pequeño recipiente algo de alimento para calmar el hambre. Su presencia pidiendo limosna ha aumentado en los últimos meses.


"La variable que tenemos nosotros como indicadores es que ha aumentado la situación de pobreza y miseria y hambre, y en ese sentido en todas las ciudades, tanto en ciudades grandes, como pequeñas e intermedias, ustedes ven que hay gente nuestra en mendicidad, con hambre, andando en la calle en distintas cosas que se pueden notar", agrega Obispo.



Durante el tiempo que estuvimos cerca de los indígenas observamos que al esperar la caridad de las personas es una cantidad importante de ciudadanos que deciden ofrecer ayuda económica. Otros les entregan alimentos.


Las 5 de la tarde es la hora en la que termina cada jornada iniciada 9 horas antes. De manera apresurada buscan un medio de transporte cercano. El punto de encuentro es la estación Bicentenario de Transmilenio y en el lugar abordan la ruta L10. Finalmente y luego de recorrer varias cuadras desde la estación Ciudad Jardin Sur, llegan a una casa ubicada en el barrio Villa Javier. Fuentes de la Defensoría del Pueblo señalan que el lugar es un albergue de la Unidad Nacional de Víctimas.



El consejero Paz asegura que puede haber una red de mendicidad detrás de las prácticas de los nativos. "Hemos estado estudiando la posibilidad de que podamos detectar alguna red que impulsa toda esa situación y estamos adelantando una investigación en conjunto con Bienestar Familiar y otras entidades así como la ONIC", puntualiza.


Todos los días se repite la misma dinámica. Las mujeres indígenas albergadas como desplazadas, salen de la vivienda en la que al parecer no hay ningún control de ingresos o salidas y practican la mendicidad en diferentes sectores de Bogotá.