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Familiares de víctimas y habitantes de Copacabana insistieron que deslizamiento era anunciado

Cortesía: Dapard


El sueño de Jennifer Isaza de llegar al altar, quedó sepultado bajo el alud de tierra que se precipitó en la autopista Medellín-Bogotá, a la altura del municipio de Copacabana. Su familia, la recuerda como una mujer alegre, servicial, buena madre e hija.


Su papá, Luis Alberto Isaza, quien aseguró que la pérdida de su hija le deja un vacío enorme en el corazón, recordó que este 5 de noviembre, se casaría y cumpliría uno de sus mayores anhelos, conformar una familia. Sin embargo, cuando se dirigía para su trabajo en Rionegro, Oriente antioqueño, quedó sepultada bajo un deslizamiento de grandes proporciones, que hasta ahora deja un número indeterminado de desaparecidos.


"Alegre, introvertida, servicial, buena madre y buena hija. Eso es una incertidumbre muy brava pero gracias a Dios la encontramos. Ella se iba casar, formar el hogar con el que sería su esposo, terminar de criar a los hijos y vea", dijo Luis Alberto.


Por otra parte, el hermano de Hernando Valencia Carmona, dijo que está desesperado, pues no sabe nada de su hermano quien salió a trabajar a la cantera Las Nieves, en la mañana de ayer. Reiteró que su familiar se desempeña como maquinista de la cantera y no tenía más de un mes trabajando en el lugar.


"El tomó labores a las 6:00 de la mañana y esta es la hora que no tenemos conocimiento de donde se encuentra, el móvil está apagado. El tiene 24 años y trabajaba en Bogotá pero fue trasladado hace un mes", agregó Valencia.


Por lo menos 30  personas estuvieron en los alrededores de la emergencia, con el fin de obtener información sobre sus seres queridos, quienes al parecer, quedaron sepultados bajo 50 mil metros cúbicos de materiales. Tatiana María Cadavid, presenció el derrumbe y aseguró que vio cuando la avalancha sepultó una buseta de servicio público y varias motos.


Tatiana señaló: "Pues cuando bajó la avalancha y todo eso, habían dos carros, una buseta, una doble troque, habían volquetas y gente por ahí. La gente decía que no iba a hacer peligro pero por la cantera fue que hubo peligro".


Marco Antonio Muñoz, otro testigo del deslizamiento explicó que en la cantera trabajan varios amigos y vecinos. Destacó que desde hace mucho tiempo, la comunidad anunció sobre esta tragedia, tanto que acudieron a las autoridades ambientales y la respuesta siempre fue, que ellos cuentan con los permisos necesarios para operar esa cantera.


"Desde hace tiempo estamos denunciando esto porque nos están perjudicando con los nacimientos de agua. Nos sentimos preocupados y acudimos con la administración y Corantioquia y dicen que ellos cumplen con los requisitos y tienen permiso por 30 años".


El derrumbe de tierra taponó los cuatro carriles de la autopista Medellín-Bogotá, en una longitud de 200 metros. A su paso, arrasó con cuatro postes de luz y varios árboles, lo que ocasionó que en la zona no se haya restablecido aún el servicio de energía.