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Heladas dan tregua en Cundinamarca tras dañar cosechas y pastizales

Foto Colprensa - César Melgarejo


Por: Carlos Brand

Luego de los cambios de temperatura más drásticos de la historia en la sabana de Bogotá, Cundinamarca y Boyacá se conocen los efectos de las heladas a su paso por cosechas enteras y campos dedicados al ganado.


José Rodríguez puso buena parte de su capital en un cultivo de Uchuvas en Sutatausa de cerca de dos hectáreas, pero antes de que pudiera hacer algo para salvarlas, una capa de escarcha las cubrió y convirtió una prometedora cosecha en plantas quemadas.



Según los registros de Gestión de Riesgo de Cundinamarca, reportados por el director regional Wilson García, la lluvia que cayó durante el fin de semana logró salvar miles de hectáreas de cultivos.



Pero la preocupación no solo está en los cultivos, los estragos por las heladas también tocaron la producción de leche en zonas del valle de Ubaté, ya que dejaron para la comida de las reses solo pasto quemado e inservible.



Los campesinos como Silverio Rodríguez temen aún a las heladas, debido a una pobre capacidad de respuesta del Estado. Cuando se quemó su cosecha la suma recibida como reparación para reiniciar su trabajo le resultó ofensiva.



Los campesinos de la sabana de Bogotá y de Cundinamarca miran todas las tardes al cielo, si está demasiado despejado se alistan para hacer hogueras e intentar salvar sus tierras. El cielo azul sin nubes es un aviso del infierno helado que quema sus cultivos y pastos en las madrugadas.