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La 'Vaca-teca', un taxi sin igual que recorre las vías de Cartagena

Pedro Pablo Batista Guzmán en el timón de su vaca-teca. Foto de RCN Radio.



Si usted es cartagenero, el siguiente relato le resultará familiar. Pero si es un ciudadano de paso, disfrutando del destino, este dato sin duda, le puede interesar. En ciudades tropicales como La Heroica, las situaciones que en ocasiones pueden ser calificadas como inusuales o extraordinarias, para los locales, resultan sencillamente un retrato de nuestra cotidianidad.

Esta breve semblanza es simplemente una introducción a la historia de un taxista que se diferencia de los demás miembros de su gremio, pues, con su singular personalidad, ha hecho feliz a más de un pasajero.

Su nombre es Pedro Pablo Batista Guzmán. Lleva más de 19 años en el oficio del transporte particular de pasajeros, de los cuales, 11 años fueron cruciales para transformar su trabajo en gozo, naciendo así la "Vaca-Teca".

"Mi trabajo yo no tengo como profesión, sino como una pasión, le pongo sazón, picantón, le pongo vacilón y así evito un ataque al corazón. Tengo o no tengo la razón", dice entre risas Batista Guzmán.

Este hombre nacido en el barrio Bruselas, pero que actualmente reside en El Rodeo, quiso innovar en la manera de prestar el servicio de taxis que tradicionalmente cualquier ciudadano está acostumbrado, por eso, cuando alguien se monta en la "Vaca-teca", inmediatamente se da cuenta que es un vehículo, literalmente, de otro mundo.

"Todo surge desde un megáfono que yo compré, pero ese megáfono porque yo hago colectivo aquí en Manga, lo utilizó para decir Centro, Centro-Manga-Manga. Y una vez se me dio por recoger a unos turistas bajando por el puente Román y se me dio por hacerles por el megáfono como la vaca y he allí primer mugido", comentó.

Pero ese primer paso, que surgió de su personalidad desparpajada y alegre, al principio no convencía a muchos: "Ellos se asustaron, los muchachos se tiraron al suelo a reírse y una de las muchachas se me atravesó y me dijo toda una cantidad de palabras vulgares", agregó.

Sin embargo, con los años, la Vaca-teca, ha logrado un reconocimiento en la ciudad, no sólo por su vistosidad, sino por el servicio mismo que presta su conductor. Así lo destacan algunos de sus pasajeros: "Genial, es una gran iniciativa del humor costeño y se demuestra que tenemos creatividad", dijo una usuaria.

Y es que la Vaca-Teca, aunque usted no lo quiera, si se monta de mal genio, se baja de ella, completamente transformado: "Como yo soy positivo y alegre, a mi me persigue lo positivo y lo alegre y todo pasajero que es alegre busca es mi carro. A este carro el amargado le queda grandísimo, si se han montado amargados aquí, pero a la final, cuando ven que los trato bien, porque trato que se relajen, hasta las gracias me han dado", señaló Batista.

Aunque este taxista sostienen que más allá del factor económico, la idea nació para hacer del viaje una instancia agradable para sus pasajeros, este cartagenero asegura que gracias a su ingenio, sus ingresos han aumentado entre un 30 y 35%. "Mi mayor incentivo es que el pasajero me diga: estoy relajado en tu carro y cuando me dicen eso, eso a mi me motiva a seguir adelante con esta noble causa", apuntó.

Pero esta vaca sólo se deja guiar por su dueño: "Hoy día prefiero, simplemente, verla en el corral que cedérsela a alguien más, para que mi carro no corra con mala fama", aseveró.

La Vaca-Teca, una minidiscoteca rodante, indudablemente, es una pausa agradable en medio del agite cotidiano y un buen recomendado si usted cartagenero o turista, quiere disfrutar desde otra perspectiva, la ciudad.