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La hazaña del patrullero que logró salvar vidas antes del atentado en Bogotá

El patrullero Jeison Cristancho fue el uniformado que logró desalojar la sede de Porvenir en la Calle 72 con Carrera 10, en Bogotá, antes de que explotara un artefacto el pasado jueves.

En diálogo con Al Fin de Semana de RCN La Radio, el patrullero narró paso a paso los sucesos de aquella tarde que causaron temor en los bogotanos, ante una amenaza de más atentados.



El patrullero recibió la alerta en la central de comunicaciones de la Policía en donde al parecer cerca a las instalaciones de esta sede hay un paquete sospechoso. "De inmediato me traslado, fueron dos o tres minutos al punto; antes me entrevisto con el administrador del punto y me dice que sí, que dentro de las instalaciones hay un paquete, una bolsa con un paquete de regalo que tenía un celular que estaba sonando".

"Procedo a escuchar lo que el sujeto le dice al administrador, que tiene menos de 10 minutos para desalojar el lugar, que eso no es un juego, que es en serio, que por favor lo haga", contó.

"Observo un paquete negro con un regalo envuelto en algo verde con un moño amarillo; se ven cables, conexiones, una batería, ahí mismo sacamos a la gente que estaba dentro de las instalaciones y soy el último que salgo, le grito a los transeúntes y a los vendedores ambulantes que se retiren; justo ahí detona la bomba", dijo.

Cuando el artefacto explota, al patrullero le cae el letrero de Porvenir encima, lo que según él evita que le caigan esquirlas y el impacto sea mayor.

Después de la explosión, Cristancho ingresa nuevamente a las instalaciones del edificio para verificar que no haya ningún otro paquete porque esa era la alerta de la ciudadanía.

El patrullero aseguró que "en ese momento no es tanto el dolor que sienta yo, sino la impresión de ver las personas heridas que hay en el lugar, aunque gracias a Dios no hubo heridos de gravedad, yo quería auxiliar porque cuando me revisé en el momento no sentí ningún dolor fuerte, tal vez el aturdimiento, la presión de la ciudadanía, pero en el momento quería auxiliar a las personas, luego de una hora empecé a sentir el dolor en mi pierna, en mis oídos y en mis ojos y le dije a mi compañero 'ya no puedo más, lléveme al hospital'".

Crsitancho aseguró que se está recuperando satisfactoriamente de la lesión generada por la explosión del paquete abandonado.

"Sufrí un trauma en tejidos blandos de la pierna izquierda, contusiones en los oídos, según los médicos uno de los nervios se reventó y tengo también lesiones en un ojo", expresó.

Por disposición médica, el uniformado debe seguir haciéndose controles para verificar el avance de los nervios de sus ojos y sus oídos.