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La 'Profe' extranjera que se enamoró de la lechona y el tamal

En Bogotá, desde el año 2013 la Secretaría de Educación tiene un programa que cada vez crece más; se trata de las 'Aulas de Inmersión', un espacio en el que docentes extranjeros se radican en el país durante un tiempo para enseñar idiomas como inglés y francés a los más de 34 mil estudiantes de colegios distritales.

Wen, es una de esas personas que vino a tierras desconocidas para "probar suerte" y conocer nuevas culturas; ella cuyo nombre completo es impronunciable tiene 22 años y llegó a Bogotá hace un año y proveniente de Zimbabue, ubicado al sur del continente africano.



Esta mujer de color, ojos grandes, cabello trenzado, dientes muy blancos y una gran sonrisa, es profesional en criminalística, hace un año, dice que se lanzó y le comentó a su familia sobre su decisión.

"Le dije a mis papás y hermanas que me iba para Colombia, me dijeron que por qué, que mejor me fuera a otro país que por qué acá era muy peligroso, prostitución, drogas, delincuencia, eso era lo que me decían", afirmó.

Pese a las recomendaciones, la apoyaron. Fue así como buscó al instituto que hace intercambios y tiene convenio con la Secretaría de Educación, sabía que iba a llegar como docente de uno de los colegios distritales de Bogotá.

"Recuerdo que tenía miedo, llegué con 800 dólares y sin saber nada de español, solo decía hola y gracias, además que no conocía a nadie", manifestó.

Sin embargo, y pese a sus miedos, asegura que cuando pisó tierra colombiana se sintió muy feliz, "sobretodo esa primera noche, dije sí, lo logré estoy en Colombia después de 28 horas de viaje, tengo una cama para descansar".

Ella llegó a una residencia en donde convivía con 16 extranjeros más, que se convertirían en sus primeros amigos; destaca que en esos primeros días la ayudaron en todo.

"En los restaurantes por ejemplo, ellos me decían o yo me guiaba por la foto; no sabía que eran frijoles, lentejas, nada. Movilizarme fue otro tema con el que necesite ayuda, por ejemplo, me tenían que decir cómo montar en TransMilenio, después de tres semanas todo fue más fácil", contó.

Mientras pasaba el tiempo y hablaba con su papá, poco a poco le fue explicando cuál era la verdadera situación del país.

"Le decía ‘hola papá estoy en Colombia y no estoy muerta’, además yo pensaba que en cada esquina había droga y lo que eh encontrado en cada una han sido panaderías", dijo la Profe.

Esta mujer dice que aún no puede decir qué país es su preferido, sin embargo, destaca de Colombia sus paisajes, su cultura, su gente y su comida, asegura ser una adicta de la lechona, el tamal y el arequipe.
"Además en Colombia cada ciudad parece un país, hay comida valluna, costeña, de todas partes en mi país no hay tanta variedad", indicó.

Para ella, algunos de los aspectos más complicados tienen que ver con aprender el idioma español, dice que en Colombia hay palabras que no se escuchan en otras partes del mundo.

"Bacano, parce, paila y chocolate sol nunca las había escuchado, el español es muy complicado de aprenderlo porque hay muchas conjugaciones, por eso las clases con los niños me gustan mucho porque todos los días aprendo cosas nuevas", dijo.

Wen destaca que trabajar con los niños todos los días le hace sacar sonrisas porque son muy picarones y extrovertidos, no les da miedo preguntar "me dicen profe si tu vienes del África porque no eres flaca", cuenta mientras se ríe.

Aún la 'Profe' no sabe cuándo va a regresar a su país de origen, dice que en sus ratos libres estudia inglés por Internet, ve telenovelas y sale con sus amigos a bailar salsa a los bares del norte de Bogotá.

Lo que sí sabe es que su estigma por Colombia ya no existe, por el contrario, recomienda visitar el país y dice que todas las personas en algún momento deberían salir, conocer otras culturas y dejar su "zona de confort".