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Paramilitarismo en el sur de Bolívar: ¿Resurgimiento o continua presencia?

Paramilitarismo en el sur de Bolívar: ¿Resurgimiento o continua presencia?

Foto referencial de AFP



Por: Herlency Gutiérrez



Los municipios del sur de Bolívar están ubicados a ocho horas de Cartagena, la ciudad de Colombia donde se firmó la paz entre el Gobierno Nacional y las Farc. Paz que aún no ha llegado a esa región.

“Es que la guerra está en todos los municipios del sur de Bolívar”, expresa una mujer desplazada tres veces en época de conflicto.



‘La paz de Santos’, como le llaman los pobladores, está lejos de llegar a municipios como Achí, Montecristo, Tiquisio, Morales, Barranco de Loba, San Jacinto del Cauca y Norosí, tan lejos como lo están de esas zonas las autoridades. “Yo le he pedido a las autoridades que al menos vengan cada 15 días, cada 20, cada mes o cuando puedan, pero ellos nunca pueden, nunca pueden venir a hacer presencia aquí”, se lamentó un campesino.


Al indagar sobre los mandamases de esos pueblos que pusieron más de 300 mil víctimas en tiempos de conflicto, habitantes responden sin titubear: “Son paramilitares”.


Otros comentan: “Esos grupos son las mismas autodefensas. Son los mismos porque están haciendo lo mismo”.


¿Qué están haciendo estos grupos? “En el sur de bolívar y sobre todo en las minas hacen la cuestión de las vacunas… al de los fritos les están cobrando 30 mil pesos mensuales, a los que compran oro les cobran un porcentaje según la compra, a los tenderos según sea la tienda, sea grande o pequeña les están cobrando 200 o 300 mil pesos mensuales. Ellos llegan a cobrar sus vacunas. Cada quien por ley de ellos necesitan que esa plata sea intocable”.


En los municipios del sur de Bolívar no hay más ley que la de ellos: “Cuando ellos quieren ajusticiar a alguien lo hacen; y la otra cuestión aquí es que ellos son la ley, son la autoridad”.


Lo que ocurre en esta zona del país no hace parte de informes confidenciales, se trata de una realidad que parece no tener dolientes. El gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, reconoce que el 30 por ciento del departamento no tiene presencia del estado:

“Bolívar tiene un departamento con el 70 por ciento con tranquilidad, con paz, con presencia permanente del estado pero tiene  un 30 por ciento en condiciones difíciles porque aún hay presencia de las Farc, hay presencia del ELN, de bandas criminales y delincuencia común. Entonces, frente a eso, con Ministerio de Defensa, con Ministerio del Interior, y con las Fuerzas Armadas y Fuerza Pública, estamos determinando como intervenir y darle tranquilidad a la gente. No es entendible ni podemos aceptar que los comerciantes de zonas veredales y corregimentales, por ejemplo de Santa Rosa del Sur, de Montecristo, de Cantagallo, de San Pablo, de Simití, tengan que entregarles las utilidades de sus esfuerzos a estos bandidos”. 


En el sur de Bolívar hacen presencia cinco frentes de la guerrilla del ELN y actualmente grupos que se hacen llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia se extienden por los municipios que abandonó la guerrilla de las FARC.

El Defensor del Pueblo del Magdalena Medio, Jovanny Díaz, aseguró que durante este año se han incrementado los hostigamientos contra la población civil por parte de estos grupos ilegales:

“Ellos se dedican a actividades de minería ilegal, narcotráfico, y temas que adelantan líderes sociales que vienen siendo víctimas de amenazas por parte de estos grupos armados ilegales y que nos ha generado zozobra allí en la región del Magalena Medio Bolivarense”.


El funcionario cuestionó la presencia del estado en esas zonas: “Yo puedo afirmar que la presencia del estado es muy tenue. La institucionalidad no se ve reflejada con acciones contundentes en beneficio de la población. Si bien es cierto, fuerza pública, ejército y policía nacional adelantan actividades permanentes, se debe considerar que hay que redoblar esfuerzos para contrarrestar la problemática de orden público que se presenta en el sur de Bolívar y amenaza no solo a líderes sociales sino también a la comunidad en general. El estado no hace presencia de la forma cómo reclaman las comunidades”. 



Toques de queda y formas ‘de hacer justicia’

Los más afectados por el accionar de estos grupos son las poblaciones rurales ubicadas en la ribera del río Cauca y en la zona montañosa de la serranía de San Lucas. En estos pueblos, las Autodefensas Gaitanistas imponen toques de queda después de seis de la tarde y hasta ‘hacen justicia’ con castigos y torturas a quienes consideran infractores de sus leyes.

“Cuando hay un problema se les pone la queja a ellos y ellos inmediatamente cobran una multa a estas personas, a los peleadores; y si siguen reincidiendo los matan o los destierran y obviamente vivimos en zozobra con la presencia de esta gente. Los domingo están en las cantinas bebiendo y parten sin novedad”.


Julia, una mujer a quien se le cambió el nombre para proteger su identidad, relata que en tres ocasiones ha sido víctima de desplazamiento forzado por culpa del ELN. Ahora, como si fuera poco, las llamadas Autodefensas Gaitanistas han amenazado de muerte a su esposo por negarse a pagarles la ‘vacuna’.

Ella relata que estos hombres recorren el sur de Bolívar vestidos  de civil. Usan armas cortas y llegan a los pueblos en motocicletas para cobrar las vacunas o cobrarle con la muerte a quien intente rebelarse.

“Los paracos llegan normalmente como civiles, como cualquier otra persona, llegan a visitar, llegan como cualquier gobernador, bien vestidos, bien perfumados, y nos dicen que cada quien debe pagar una vacuna”.


Una de las prácticas más comunes de este grupo es asesinar y dejar a sus víctimas a un costado de las trochas intermunicipales. Julia comenta que ya en su pueblo han perdido la cuenta del número de muertos que han puesto lo que podría ser la reaparición de los paramilitares.

“Hace 8 días aproximadamente llegaron los paracos a matar a un señor, menos mal la familia se puso las pilas y lograron sacarlo. Otras personas no cuentan con esa suerte, los han matado, se los llevan  y la familia no sabe ni a donde los han matado”. 


Conflicto armado sin desaparecer

Pese a la desmovilización de los paramilitares y la concentración de la guerrilla de las Farc, el conflicto armado parecer no haber desaparecido en el sur de Bolívar.

Así como hay presencia de lo que se ha denominado las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, estas comunidades deben lidiar con la presencia de otros grupos como el ELN y el Clan del Golfo.

Víctor Arango, Director de Seguridad y Convivencia del departamento, reconoció que “respecto al Clan del Golfo se puede decir que estos grupos delincuenciales, estas bandas organizadas, tienen presencia en el costado occidental del departamento. Este grupo está dedicado netamente al narcotráfico, es un grupo que se vale del boleteo, extorsión y demás delitos conexos al negocio principal que es el narcotráfico”.


El atractivo del sur de Bolívar para estos grupos responde a la posición geográfica de la zona, ahí se encuentran los departamentos de Cesar, Sucre, Córdoba, Antioquia y Santander en un corredor montañoso de difícil acceso, como la serranía de San Lucas.

Alejados de las ciudades capitales y en un territorio rico para la minería de oro y los cultivos ilícitos, las organizaciones al margen de la ley se extienden para hacer control territorial en los lugares a donde no ha llegado el estado.

“No hay condiciones de vida. La gente está sometida, le están quitando lo poco que producen. Están extorsionando al comerciante, al minero, al campesino, al que tiene sus animalitos, a ellos les están quitando 10 mil pesos por cada animal que tengan. Definitivamente estamos sometidos”, afirmó Uldarico Toloza, alcalde del municipio Barranco de Loba.


Vías con campamentos de grupos ilegales

Es tanto el temor que genera hablar de paramilitarismo en el sur de Bolívar o de Autodefensas Gaitanistas, que autoridades y algunos ciudadanos, prefieren referirse a ellos como ‘grupos armados ilegales’ los cuales ejercen tanta influencia en la zona que han instalado campamentos o asentamientos en vías estratégicas.

Estos grupos han prohibido el paso de transeúntes quienes independientemente de la emergencia que tengan no pueden salir de sus poblaciones en caso de que los campamentos estén a la vista.

“Eso lo hemos denunciado, hay una parte que se conoce como Mina Estrella o Mina Sur. Hay unas personas ilegales, incluso hay asesinatos en la región pero eso se ha presentado en Norosí e incluso me dice el mismo alcalde que al parecer hay complicidad entre la policía y las bacrim que se asientan en Mina Estrella o Mina Sur", manifestó José Luis Pacheco, alcalde del municipio de Arenal, el cual queda aproximadamente a hora y media de Norosí.


Asesinatos por denunciar

Cuatro líderes han sido asesinados en el sur de Bolívar en los últimos 14 meses. La Defensoría del Pueblo dijo que grupos armados ilegales sin identificar son los responsables de estos crímenes.

El  caso más reciente ocurrió el pasado mes de marzo en Minas Santa Cruz, jurisdicción del municipio de Barranco de Loba, donde un líder minero fue asesinado y posteriormente arrastrado hasta la entrada de un colegio por parte de integrantes de las Autodefensas.

El reporte de las autoridades señala que el homicidio ocurrió luego que el ciudadano se negara a pagar la vacuna.

“Esta persona en una reunión que hicieron los señores de la banda criminal se rebeló y rehusó atender la orden que ellos daban en el sentido de entregarle el producido de su trabajo. La razón por la que lo asesinan es una represalia por no atender la orden impartida por la banda criminal”, indicó Uldarico Toloza, alcalde de Barranco de Loba.

El mandatario se refiere a una de las acostumbradas reuniones públicas a las que este grupo obliga a asistir a los habitantes de los pueblos para intimidarlos y amenazar de muerte a quienes los denuncien. Quienes se rehúsan a asistir son sacados de sus casas con armas de fuego, a otros les hacen el recordatorio y les establecen nuevas citas para hablar con quienes ellos denominan ‘el comandante’.

El control territorial que tiene este grupo es  de tal magnitud que según la secretaría de Minas y Energía de Bolívar, el 70% de las 800 unidades mineras que tiene el departamento están bajo el control de organizaciones ilegales como las Autodefensas Gaitanistas, el Clan del Golfo y el ELN.

Jóvenes y reclutamiento

En el sur de Bolívar, las Autodefensas se valen de la pobreza y de la ausencia de programas educativos para reclutar a los jóvenes y agrandar sus filas.

En la zona rural del municipio de Montecristo, padres de familia dicen temer que sus hijos ingresen a estas filas y más cuando a cuatro  meses de haber iniciado el calendario escolar, las puertas de esos colegios siguen cerradas.

El mecanismo funciona así: los integrantes de estas organizaciones ofrecen a los jóvenes 800 mil pesos mensuales para quien decida acompañarlos. Su tarea es servir como espías en los pueblos.

“Estamos preocupados por eso, por los riesgos que pueden tener los niños… llegar a ser parte de un grupo al margen de la ley, o buscar otro destino como la delincuencia…estamos en el mes de mayo y carecemos de maestros”,
indicó una madre de familia.




Los muchachos son llevados a un entrenamiento el cual se realiza en veredas usadas como campamentos. Allí les enseñan a usar armas de fuego y la filosofía de las Autodefensas.

Hay hechos en el sur de Bolívar que no se conocen, las autoridades dicen no tener reporte y los afectados por estos casos son consumidos por el miedo. Entre los hechos conocidos por habitantes y desconocidos por las autoridades se cuenta la aparición de personas fallecidas en caminos, las reuniones convocadas por grupos armados en plazas públicas o canchas de fútbol, la constante amenaza sicológica y física a la que se exponen los pobladores cuando estos llegan a tiendas o cantinas y obligan a pagar sus cuentas al primer ciudadano que pase por la calle.

En el sur de Bolívar pasan cosas que todos saben y pocos dicen. El sur de Bolívar es una zona boscosa, de difícil acceso, tanto, que ni siquiera la idea de vivir en paz ha podido llegar.