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Peñalosa lanza candidatura en Hospital de Kennedy

Foto Archivo Particular

Su postulación independiente a la Alcaldía de Bogotá tiene el respaldo del grupo ciudadano "Equipo por Bogotá".

El evento se cumplirá en horas de la mañana en las instalaciones del Hospital de Kennedy, en el occidente de la ciudad donde aprovechará para socializar su propuesta para superar la crisis del sector de la salud

Perfil y logros de Peñalosa

La oficina de prensa del candidatos Peñalosa entregó a los medios información sobre el perfil y los logros obtenidos por el candidato que reseñamos a continuación:

Enrique Peñalosa en 23 cuadros

(Textos tomados de perfiles que le han hecho a Enrique Peñalosa en medios masivos y otros datos inéditos)

La infancia: “Recuerda su infancia en una gran casona de Chapinero, de estilo español, con patio en el medio, donde vivían su abuelo liberal Vicente Peñalosa, un pequeño impresor casado con una mujer más liberal aún, Abby Camargo, a quien su nieto Enrique considera el amor de su vida. “Esa casa era mi sitio”, dice, sumergido en la nostalgia. “En ella me la pasaba. Nosotros no teníamos finca, ni éramos socios de clubes. De la mano de mi abuela caminaba por Chapinero y la acompañaba a hacer las compras”. Así, Enrique aprendió a hacer su vida en la ciudad, de donde sólo salió a los 13 años para conocer el mar”.

El colegio: “Cuando era niño para él no fue fácil el paso de su padre (Enrique Peñalosa Camargo) por el ministerio y por el Incora. En esa época, Enrique Peñalosa tenía 11 años y estudiaba en el Gimnasio Campestre de Bogotá, donde soportó patadas y puños de algunos condiscípulos que vivían enfurecidos con él porque “por culpa” de su padre a sus familias les habían expropiado sus fincas. El matoneo llegó hasta tal punto que su madre, Cecilia Londoño, una linda chaparraluna que había trabajado como profesora en el Gimnasio Moderno, lo cambió al colegio Refus, un plantel dirigido por un suizo de izquierda, Roland Jean Gros, un maestro anticlasista y sabio que inculcaba en los alumnos el valor de la vida sencilla, del trabajo manual y de la igualdad, meta que desde entonces se volvió la obsesión del hoy candidato Enrique Peñalosa.

Su padre: Enrique Peñalosa Camargo, un hombre honesto y de avanzada, fue el primer gerente general del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (Incora), y por ende el iniciador de la reforma agraria en el campo colombiano. Los campesinos lo recuerdan con tanto aprecio que su hijo Enrique Peñalosa, sin hacer campaña y sin estructura política alguna, logró un porcentaje muy alto de los votos que se depositaron en Sumapaz. Peñalosa Camargo fue luego ministro de Agricultura de Carlos Lleras. Cargo al que renunció para evitarle complicaciones al Gobierno, pues denunció al senador Nacho Vives, por tráfico de influencias, ante la Comisión de Acusaciones. Y Vives, cercano a los intereses de los terratenientes y opuesto, como tantos políticos de la época, a esos tecnócratas progresistas estilo Peñalosa que abundaban en el gobierno de Lleras, decidió atacarlo. Peñalosa Camargo también llegó a ser presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Estados Unidos: A los 15 años, viajó a Estados Unidos con su papá su mamá y sus cuatro hermanos. En ese país había nacido el hoy candidato a la alcaldía Enrique Peñalosa Londoño (Washington, 30 de Septiembre de 1954), cuando su papá trabajaba como funcionario del Banco Mundial. Pero solo estuvo allí los dos primeros meses de vida, pues cuando era solo un bebe lo trajeron a Colombia.

Becado por buen futbolista. En Washington, Peñalosa ingresó a la escuela pública, terminó el bachillerato y se destacó como futbolista, razón por la cual le dieron una beca en Duke University, donde estudió economía e historia. Estando allí, apenas cumplió 21 años, y como mayor de edad pudo decidir, renunció a la nacionalidad americana. “¡Usted está loco!”, le dijo el embajador gringo de la época. El diplomático parecía tener razón: un muchacho que había terminado el colegio y la universidad en Estados Unidos, y vivía en ese país, se cerraba puertas si dejaba de ser americano. Pero para entonces Peñalosa ya había decidido que trabajaría en política en Colombia porque allí estaban sus raíces y sus sueños.
De obrero de construcción a doctor. Mientras estudiaba —tanto en el colegio como en la universidad—, Enrique Peñalosa trabajaba para mantenerse: por eso limpió pisos, lavó platos y vendió zapatos. En la universidad también trabajó como obrero de construcción. En 1977 (luego de graduarse en Historia y en Economía de la Universidad de Duke). Peñalosa voló a Inglaterra con el propósito de recorrer el Viejo Continente de mochila al hombro. Pero al llegar a París se enamoró de la ciudad y afirmó: “Yo de aquí no me voy”. Entonces compartió baño con los inmigrantes africanos y antillanos que ocupaban los 15 cuartos que había en un piso en la Rue de Poissoniers. Trabajó en un hotel como “todero” nocturno, e hizo maestría y doctorado en administración pública. Obtuvo una Maestría en Gobierno del IIAP en París y un Doctorado en Administración Pública de la Universidad de París II.
El regreso a Bogotá. En 1980, cuando tenía 25 años, regresó a Bogotá y se empleó como gerente de una empresa que cultivaba tomates en invernadero. En un Renault 4 se parqueaba en frente a un Carulla y vendía tomates. De esa experiencia en la calle se le ocurrió la idea de hacer una política de cara a la gente, por eso comenzó a repartir volantes uno a uno y a explicar sus ideas para una nueva ciudad. Podría considerarse que de esa manera fue el precursor de los candidatos independientes y del ‘volanteo’ en Colombia.

Los hijos. 1986 fue un gran año para Peñalosa: nació Renata, su primera hija, lo eligieron concejal de Bogotá y se ganó el premio Simón Bolívar como columnista de El Espectador. Martín, su segundo hijo, nació 10 años después. Con su esposa, Liliana Sánchez, lleva más de 30 años de casado.

Las victorias (y las derrotas) Gracias al ejemplo que le dio su padre, que se dedicó al servicio público de manera pulcra, el joven Peñalosa decidió que iba a hacer política, pero de manera diferente.
Él quería, y quiere, construir una sociedad donde haya igualdad, donde los intereses generales prevalezcan sobre los particulares, donde no valga más el rico que el pobre y “donde se desprecien los valores ramplones de los corruptos y se respete al que más enseña, no al que más tiene”.

Pidió plata prestada, compró un Renault 9 de segunda y, con la persistencia y el trabajo que lo han caracterizado en su vida, se dedicó a repartir volantes por las calles de Bogotá. Así fue como se inventó el hoy llamado ‘volanteo’.
- En 1990 salió elegido representante a la Cámara con 23.000 votos. Primera victoria.
- En 1991 compitió en la consulta para la Alcaldía de Bogotá por el Partido Liberal con Jaime Castro y con Antonio Galán, y quedó de tercero con 54.000 votos. No llegó a ser candidato.
- En 1994 peleó con Antanas Mockus, que se lanzaba luego de convertirse en figura pública como rector de la Universidad Nacional, y perdió.
- En 1997, al enfrentarse a Moreno de Caro, salió elegido. Segunda victoria.
- En 2006 se lanzó al Senado encabezando una lista cerrada. Sus 166.000 votos, que fueron el número más alto después de los 230.000 que sacó en ese entonces Germán Vargas Lleras, le habrían alcanzado para poner cuatro senadores, pero al final no se los contaron por los requisitos tan estrictos que tienen las listas cerradas.
- En 2007 perdió la alcaldía con Samuel Moreno Rojas. Que como se probó luego ganó con la multimillonaria financiación de los contratistas.
- En 2011 perdió la alcaldía con Gustavo Petro. En esa oportunidad obtuvo el 25% de los votos.
- En 2015 se vuelve a lanzar por su tercera victoria.

Transformó a Bogotá. De la mano de Enrique Peñalosa como alcalde (1998 – 2000) en solo tres años la ciudad cambió radicalmente. Hoy todas las obras que el dejó son íconos de la ciudad y contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Como se puede ver en el gráfico de la firma Gallup, contrario a lo que muchos creen, no fue ni en la alcaldía de Jaime Castro, ni en la primera de Antanas Mockus, que los bogotantos comenzaron a ver que su ciudad se transformó: fue Peñalosa el que comenzó el cambio y el que dio la pauta para para convertir a Bogotá ciudad modelo en el mundo.