"Pijao, pueblo sin prisa, pero sin pausa"

Por: Juan Diego Lozano

El primer municipio sin prisa de América Latina se encuentra en Colombia, enclavado en la cordillera central del Quindío. Y es que llegar a Pijao es como entrar en una cápsula del tiempo porque todo se detiene de manera mágica.

Media mañana, día laboral y en cualquiera de las ciudades grandes o intermedias del país el caos fija condiciones.

En Pijao el silencio urbano, la calma, la tranquilidad de sus gentes, permite que los sonidos de la naturaleza se perciban de manera perfecta. Desde la plaza de Bolívar se alcanza a escuchar el río que baja de la parte alta de la cordillera, esa montaña que buscan proteger los pijaenses al pertenecer del grupo mundial, “Cittá Slow”.

“Chitálo, si señor eso es muy bueno porque el pueblo es muy tranquilo”, dice don Rodrigo, un campesino cafetero mientras disfruta con un amigo en el marco de la plaza, al calor de un café y una buena conversación.

Por su parte, Víctor Hugo Grisales un hijo tradicional de esta localidad dice con toda la seguridad del caso que el proyecto Ciudad sin Prisa, para el caso de Pijao, Pueblo sin Prisa, es una opción que les permitirá compartir e intercambiar con otras 220 ciudades del mundo que hacen parte de esta organización.

“Ya he tenido algunos contactos para salir a vender nuestros cafés especiales a esos países y con precios diferenciados”, puntualizó.

En Pijao los jóvenes no son ajenos a esta iniciativa y tienen claro que ellos van sin prisa pero sin pausa, pues no pueden perder la energía de su edad, entendiendo claramente que se debe proteger el territorio, los recursos naturales y todo lo que ha caracterizado la cultura de este pueblo cafetero.

“El proyecto Cittá Slow es una opción de blindar a Pijao frente a las amenazas latentes que hay por la presencia de multinacionales que buscan explotar los recursos naturales, pero también es un estilo de vida que nos compromete a cuidar mucho más nuestro terruño”, puntualizó Jennifer, una joven estudiante de Pijao, al afianzar ese deseo de todos quienes allí viven, de avanzar sin prisa, pero sin pausa.