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La paz es un tren al que el ELN o se sube o se queda: Íngrid Betancourt

Ingrid Betancourt / Foto AFP




La excandidata presidencial, Ingrid Betancourt, envío un mensaje de perdón y reconciliación para lograr la paz en Colombia que, según manifestó, solo se logrará a través de un proceso de diálogo en el que las partes deben transar y negociar. Dijo que el país ya está cansado de la guerra y por eso busca una paz justa y duradera.


Ingrid Betancourt, en su calidad de víctima por haber estado secuestrada durante 6 años, dijo que la paz es un riesgo pero que prefiere esa incertidumbre construida entre todos los colombianos y no la certeza de "seguirnos exterminando". Además, señaló que se puede llegar al fin del conflicto sin Álvaro Uribe Vélez.


La excandidata presidencial afirmó que cometió un error de forma al haber demandado al Estado pero señaló que en el fondo tenía razón al considerar que las víctimas debían ser reparadas. En este sentido, resaltó que lo importante para quienes han sufrido de cerca el conflicto armado debería ser la reparación moral, más que la económica. (Lea aquí: ONU considera como un gesto de reconciliación regreso de Ingrid Betancourt al país)


Sobre el ELN, indicó que le sorprende que esta guerrilla diga que el secuestro es la manera de financiarse en medio de una negociación y consideró que esto es una ofensa a las víctimas. Para Betancourt, el ELN debe decidir si se quiere o no montar en el tren de la paz.


RCN Radio: ¿Cómo se siente al volver al país?


Íngrid Betancourt: El país ha cambiado. La gente tiene ganas de entender cómo lograr la paz; realmente hay una gran voluntad de paz. Hay miedo, interrogantes, planteamientos y discusiones, todo muy positivo. Ha habido un proceso de reflexión y de cambio de actitud muy profundo.


RCN Radio: ¿Está el país listo para avanzar en la paz?


Íngrid Betancourt: Me gusta ver que la gente está dejando la actitud pasiva de que sean los políticos los que decidan o que haya una verdad revelada y se tenga que seguir ciegamente. ¿Los colombianos están maduros para la paz? No lo sé, eso lo vamos a descubrir. Pero todo lo que están produciendo las conversaciones están despertando al país a una nueva perspectiva.


RCN Radio: ¿No cree usted que los colombianos, y así lo dicen las encuetas, lo que están es aburridos del proceso de paz?


Íngrid Betancourt: Los colombianos no están cansados de la paz porque la paz nunca la hemos tenido. Creo que están cansados de la guerra. Lo que sí está claro es que los colombianos queremos una paz justa y duradera, porque hacer todo esto para luego encontrarnos con nuevas bacrim u otros problemas por una paz mal hecha, es algo que no queremos.


Un verdadero líder no es el que sigue la corriente sino el que la cambia y yo creo que Santos lo que está haciendo es cambiar los paradigmas del país. Que tengamos miedo y preguntas hace parte del proceso y es bienvenido. La historia le hará justicia al presidente. No veo una polarización, creo que hay gente que está comprometida con la paz; del otro extremo, están los que yo llamo los fundamentalistas, los que solo ven la guerra como la solución a Colombia y en el medio está la mayoría de colombianos que está realmente haciendo un proceso para entender los que está pasando.


He oído mucho las críticas que se han hecho a las manifestaciones en contra de la restitución, es amoral que haya personas que digan no a la restitución, es lo justo que se le devuelva al que tenía lo que le robaron, pero hay que decir que la situación de Colombia es muy compleja.


RCN Radio: Hablando de corrientes, hay una que no se puede desconocer y es la uribista. ¿Es posible una paz sin Uribe?


Íngrid Betancourt: Sí, yo creo que es una paz posible. No podemos buscar consensos per sé porque esto es una noción antidemocrática, la democracia es buscar soluciones mayoritarias porque la verdad es que en Colombia no podemos tener al 100% de la gente de acuerdo.


Cuando Uribe era presidente Colombia tuvo el 90% de la gente con él; todos los recursos del Estado para la guerra; todo el apoyo internacional para hacer la guerra y derrotar a las Farc. Reelegimos a Uribe para que tuviera más tiempo para llegar al fondo de su política y al final de todo este esfuerzo nos encontramos con que no pudimos eliminar a las Farc, es nuestra realidad.


RCN Radio: La veo muy optimista con respecto a la responsabilidad que tenemos todos con la paz y que no se sienten en el día a día…


Íngrid Betancourt:Las víctimas del cáncer son las primeras en querer poner recursos para una cura, así son las víctimas de la violencia; las víctimas somos mucho más propensas a querer la paz. Uno ve que aquellos que nunca han sufrido las consecuencias de la guerra sienten una especie de dificultad para acercarse a la posibilidad de la paz.


La simplificación ha sido una de las armas para atacar las propuestas que se han hecho entorno a la paz. Es muy fácil hacer caricatura y decirle a los colombianos que se le va a entregar el país a las Farc, eso no es lo que se está discutiendo, nos estamos haciendo mucho daño al llevar esas simplificaciones y hacerles eco. La paz ha sido un ejercicio muy serio, las propuestas son concretas pero complejas, lo que sí tenemos que entender es que este es un proceso de paz, donde ninguna de las parte lo tiene todo. Si queremos todo, es decir, meter a las Farc a la cárcel, eso es guerra.


RCN Radio: ¿Hay alguna posibilidad de verla a usted en la etapa final del proceso de paz o en el posconflicto?


Íngrid Betancourt: Creo que el papel lo estoy cumpliendo desde donde yo estoy, independientemente de la situación o del rol que tengo; creo que para ayudarle a la paz no se necesitan ni títulos, ni estar en una curul. El hecho de no hacer parte de nada y estar afuera y no tener ningún interés ni ninguna ambición política, me permite compartir una reflexión diferente.


RCN Radio: ¿La veremos de nuevo trabajando en Colombia, haciendo política en Colombia?


Íngrid Betancourt: No sé qué decirle, no sé si sea necesario. ¿Cómo para qué? ¿Cuál sería el propósito? ¿Aportar algo que otros pueden aportar mejor que yo? Obviamente tengo toda la disposición de venir. Doy gracias a Dios de haber podido salir de la selva, pero sí hay un vacío de querer aportarle a Colombia y a los sueños que tenemos todos, pero ese vacío lo puedo colmar de una manera más constructiva que estando acá, puede que en unos años diga que sí puedo hacer la diferencia, pero en este momento está bien así.


RCN Radio ¿Qué hacer con el ELN y si hay que darle un tratamiento distinto para avanzar en un proceso de paz?


Íngrid Betancourt: No necesitamos estar obsesionados con consensos; el tren de la paz está en una estación y los que se quieran subir, se suben y los que se quieran quedar, se quedan pero el tren se va. Me sorprende lo que ha dicho el ELN, en medio de un proceso, que ellos digan que siguen secuestrando porque necesitan plata, es ofensivo para los colombianos, para las víctimas, como si matar o secuestrar fuera un negocio.


Ellos deben reflexionar profundamente sobre lo que están haciendo, ellos tienen un bagaje espiritual y religioso y ellos deben reflexionar y bajar el ego. Debemos ser firmes en exigir que esta paz sea una paz con grandeza, y compasivos en entender que en este camino no todos van a la misma velocidad y que hay un proceso social, cultural político y espiritual.


Estoy segura que lo vamos a lograr. Vine a decirles a los colombianos que tengamos la audacia de nuestros sueños; tenemos miedo, sí; que es un riesgo la paz, sí, porque no tenemos ni idea de a dónde vamos pero prefiero esa incertidumbre que podemos construir juntos que la certeza de que la única solución que tenemos es exterminarnos porque esa certeza es el legado de violencia que le dejamos a nuestros hijos. Es el momento de montarnos en ese tren de la paz.


RCN Radio: ¿Cómo percibe la actitud del colombiano de a pie frente a usted y como ha sido enfrentar esa sensación de rechazo de algunos ciudadanos?


Íngrid Betancourt: No son todos pero son muchos, o por lo menos muchos que se hacen oír. La gente que no lo quiere a uno lo ignora pero he sentido siempre gran cariño de los colombianos aunque me encuentro en el exterior. Yo quiero ser justa con lo que sucedió, yo creo que cometí probablemente errores de forma, estoy convencida que en el fondo tenía la razón en el sentido de que las víctimas debíamos ser reparadas y que esto no es una limosna sino un derecho. Para mi es duro ver cómo de las víctimas no generan compasión, sino desconfianza; esa mirada de suspicacia a decir que eso le pasó y que entonces si está viva es porque no le fue tan mal.


Esa dureza de corazón de no entender el sufrimiento ajeno, eso para mí es doloroso pero entiendo que Colombia tiene otras prioridades. En Colombia somos millones de personas víctimas y por lo tanto cuando taso mi dolor y la ley me dice que puede tasar su sueldo y lo hago, eso me parece normal porque fue lo que me quitaron, lo que me arrebataron, pero eso puede ser ofensivo para los colombianos. En ese momento (cuando hizo la demanda en contra del Estado) estaba actuando como la víctima y no me di cuenta que la gente me ve como figura pública, como líder político, y en eso me equivoqué.


RCN Radio: ¿Es decir que si se devolviera el tiempo no demandaría?


Íngrid Betancourt: Demandaría pero de otras maneras. Incluso demanda no es el término, es un proceso de reparación. Hoy veo que la Nación va a reparar con sumas significativas a los compañeros que estuvieron conmigo en secuestro en lo de Miraflores. Qué bueno que entendamos que esos procesos son necesarios. En lo que a mí me concierne, más que la reparación económica es la reparación moral. Las partes reescriben la historia a su manera. Lo que uno vivió como que no existe, como que no tiene espacio, la verdad de uno no cabe en la verdad virtual de los otros, eso es lo que yo llamo reparación moral, es reconstruir al detalle.


Pero cuando oigo seis años y medio después que la gente me dice que usted se hizo secuestrar, hay algo que la gente no ha entendido. La paz nos permite llegar a eso, a establecer procedimientos, como por ejemplo, la justicia transicional que les permita a los colombianos establecer que su vida ha sido alterada y violada.


RCN Radio: Nadie se hace secuestrar, ¿usted cree que parte del hecho de que haya gente en Colombia que no la quiera, se da porque hubo personas del Gobierno que le dijeron que no fuera porque había peligro?


Íngrid Betancourt: Si hubiera querido no correr riesgos, lo que mejor hubiera hecho era no meterme a la política y menos presentarme a la Presidencia. Durante la campaña presidencial no era la primera vez que me decían que no fuera a algún lugar y no era la primera vez que me quitaban los escoltas. Debía ir porque había un Alcalde electo del partido Oxígeno y él necesitaba nuestro apoyo.


Yo no culpo al presidente Pastrana, la decisión que él tomó, la tomó con un criterio político, yo era de la oposición y él no quería que yo fuera al Caguán, tenía miedo que yo buscara protagonismo y opacara algo que para él era muy importante. Pero la verdad de los hechos es que el Gobierno me quitó mis escoltas y yo seguí en mi campaña, porque estaba en el absoluto convencimiento de que no iba a ceder al chantaje del Gobierno, porque yo era oposición, ni al chantaje de la guerrilla ni de los paramilitares.


A mi no me secuestró el Gobierno sino las Farc, pero que diga el Gobierno que me hice secuestrar, eso es jugar con la verdad, no es justo, y para mí ha sido doloroso.


RCN Radio: Usted viene a participar en el foro Reconciliación más que realismo mágico y se ha hablado mucho del encuentro que va a tener con Clara Rojas ¿esa reconciliación ya se dio o falta mucho todavía?


Íngrid Betancourt: Tuvimos diferencias, me dolió mucho lo que escribió en un libro, ella dijo que yo no había estado presente en el momento con su niño y ella me hizo madrina de Emanuel. Pensamos que el hecho de salir del cautiverio era como ya dejar el pasado. Con Clara hemos vivido ese proceso, lo hemos vivido muy tranquilas, ella ha seguido su camino, tenemos el email la una de la otra, ahora nos vamos a ver, eso es todo.


Hoy me voy a ver con mucho de mis compañeros de secuestro; ayer me vi con Luis Eladio, con las personas de la operación jaque que somos muy cercanos, todo hace parte de lo que la vida nos trajo, entonces especular sobre lo uno lo otro, es un voyerismo, es querer encontrar cosas donde no las hay, es simple, la vida.


RCN Radio: ¿Hay días en que para usted el secuestro ya no forma parte de la vida o es algo que la acompaña permanentemente?


Íngrid Betancourt: Yo vivo feliz, la relación que tengo con la selva y las vivencias con la selva se han transformado. Ayer me pasó algo increíble, cuando me reuní con Luis Eladio, pensamos cosas que nos pasó, y nos estábamos riendo, yo le dije: qué bendición que hayan pasado los años y nos podamos reír de eso. Entonces, llamamos a Glorita Polanco porque había cosas que había vivido con ella y fue muy lindo porque son cosas que vivimos en ese momento.