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Las mascotas tienen su lugar para descansar en paz

Foto: RCN Radio



En Colombia solo hay un cementerio autorizado para enterrar mascotas. A esa situación y a los gastos para la disposición final de los restos que pueden llegar a los 800 mil pesos, deben enfrentarse las personas cuando se muere un ser querido no humano.

Luisa Fernanda Escobar dice que perder a Congo un French Poodle con el que compartió 15 años de su vida, ha sido uno de los episodios más tristes que ha tenido que enfrentar.

"Fue un proceso difícil, tiene una etapa de recordar a la mascota, de vivir el dolor", señala.

Como Luisa Escobar, miles de personas tienen que enfrentar a diario el drama de ver morir a su mascota. ¿Pero qué hacer cuando ese ser querido no es humano?



El médico veterinario Henry Cortés, explica como atienden a diario este tipo de dramas.

"Las personas nos dan todos los datos y nosotros enviamos una camioneta para recoger el cuerpo, el cuerpo es traído aquí a nuestras oficinas aquí a Bogotá y lo manejamos en congelador mientras la persona decide ir o al horno o al cementerio, allí igual le hacemos el acompañamiento todo el tiempo, las personas pueden estar presentes hasta que sea enterrada la mascota, ver el lote que le correspondió y después visitar la tumba, si deciden el horno crematorio, se les entregan las cenizas de inmediato.", agrega el médico Cortés.

Cuando la familia es grande, aunque la pérdida es dolorosa, se resuelve fácilmente. Pero en ocasiones parejas sin hijos o adultos mayores cuyos hijos ya no están en casa y en la mascota tenían a su compañía el dolor es más difícil de superar.

"Vivimos muchos momentos y experiencias muy maravillosas y por eso, por agradecimiento, por amor y también por respeto a ese ser vivo, quisimos este proceso de cremación", señala Escobar.



Si la mascota es pequeña y no pesa más de nueve kilos, la cremación, la entrega de cenizas en una urna o la disposición final del cuerpo en un cementerio está entre 140 mil y 650 mil pesos. Si la mascota es grande y pesa más de 50 kilos, el valor alcanza los 800 mil pesos. Incluso en algunas salas de velación se ofrecen servicios religiosos fúnebres.

"Creemos que ya hemos humanizado muchísimo a las mascotas y el tener una sala de velación o el tener otros tipos de servicios como asistir con un cura o un pastor, nos parece que no es lo adecuado, esto es básicamente un servicio sanitario y amable para disponer del cuerpo de una mascota", indica Cortés.

En Bogotá solo hay un horno crematorio autorizado por el Ministerio del Medio Ambiente exclusivo para animales. En el municipio de La Calera existe el único cementerio para mascotas de Colombia. Hay denuncias de servicios funerarios en donde al parecer engañan a los dolientes.



"Algunas empresas ofrecen servicios de disposición final del cuerpo, pero no lo hacen o lo hacen a través de una forma no muy adecuada que es enviar los cadáveres de las mascotas a hornos incineradores de basura y entonces les dicen a los propietarios de las mascotas nosotros la cremamos y le devolvemos las cenizas pero muchas veces estas mascotas ingresan con basuras, con desechos hospitalarios, residuos químicos, biológicos y lo que están entregando posiblemente puede ser un riesgo biológico, sobre todo para niños", puntualizó el médico veterinario.

Perder una mascota puede ocasionar un proceso de duelo, por eso hay servicios de sicología para tal fin.

Ante todo el llamado es no botar el cuerpo de una mascota a la basura o enterrarla en un parque. Un recuerdo como un mechón del pelo. Un pequeño cenizario con el nombre de la mascota o una foto, se convierten en un recuerdo que ayudará a sobrellevar la tristeza.