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Mi mamá es digna de orgullo y fortaleza: hija de Rosa Elvira Cely

El 28 de mayo se completa un aniversario más de la muerte de Rosa Elvira Cely, uno de los casos de 'feminicidio' que más rechazo y solidaridad generó entre los ciudadanos; tres años después, su hija Juliana Estefania Martinez Cely la recuerda con orgullo y pide que su historia genere un verdadero cambio en la sociedad.

Juliana Martinez o ‘July’ como le dicen sus familiares y amigos tiene en la actualidad 15 años, cursa noveno grado en un colegio femenino y dice que de su mamá heredó cualidades como la perseverancia y el significado de la familia.



"En mi mamá me veo reflejada en la fortaleza, en la alegría, en lo soñadora, en lo planeadora para su vida; en general todas las cosas que ella hacía me las transmitió a mí, siempre hay que mirar hacia adelante con una meta para el bien común entre la familia y la sociedad", expresa la menor que tenía 12 años cuando murió Rosa Elvira Cely.

Juliana es una joven madura en su personalidad, aunque en apariencia todavía conserva muchos rasgos de niña. Es de baja estatura, no se maquilla, tiene ojos miel, es de piel blanca. Mientras sonríe dice que ser hija de Rosa Elvira no es un peso, sino un orgullo.

"Ver que no somos dignos de lástima sino de orgullo de lo que nos pasó y decir como nuestra mamá, hija, hermana, fue Rosa Elvira Cely. Ella ayudó a generar un cambio en esta sociedad, al tiempo que muestra esta problemática del feminicidio que no puede volver a suceder".

Ella dice que cuando termine el bachillerato se quiere ir al exterior a estudiar diseño gráfico, su deseo de irse del país obedece al rechazo que sufrió en algún momento, quizá eso ha sido lo más difícil de llevar en este tiempo.

"Me discriminaban y rechazaban en el colegio en el que estaba, no sabían nada y simplemente me señalaban, salir y mostrar mi rostro, decir quién era mi mamá fue uno de los mayores miedos de mi familia y de hecho fue un proceso muy difícil, pero eso también me sirvió para madurar, no tengo que ser como nadie ni seguir un patrón para encajar en la sociedad".

Juliana con un tono contundente asegura que intenta no llorar y cuando piensa en su mamá, afirma que la lleva en el corazón.

"A mi mamá no hay que llorarla sino enaltecerla, y demostrar que ella es una fortaleza para nosotras y no una debilidad", expresó.

Sin embargó, cuando recuerda lo vivido hace tres años, dice que es inevitable no sentirse triste.

"No vivíamos juntas, la última vez que nos vimos fue el día anterior, ella todos los días me recogía del colegio, fuimos a comer pan de bono y luego me llevó a la casa. Recuerdo que ese día estábamos un poco bravas, por eso sin saberlo no me pude despedir de mi mamá como quería", contó.

De ese 24 de mayo de 2012, Juliana recuerda que sentía algo extraño, por eso cuando vio a su mamá tuvo la intención de decirle que no fuera a estudiar, finalmente, no lo hizo.

"Yo la verdad prefiero no recordar esa fecha sino pensar en ocho días atrás cuando celebramos el Día de la Madre, pienso que esa fue una despedida muy bonita para mi mamá", indicó.

Para esta adolescente, la ausencia de su mamá ha sido complicado de asimilar "esa confianza de mejor amiga que solo te da tu mamá no la he podido encontrar; mi tía me ayuda pero no es lo mismo, además los detalles que tenía".

Frente al proceso de duelo que ha tenido que atravesar Juliana junto a su familia, dice que su tía Adriana, hermana de Rosa Elvira, ha sido fundamental; cuenta que su seguridad la ha ayudado a ser más madura.

"Mi tía Adriana desde un principio me transmitió mucha seguridad y me enseñó a ser fuerte para que entre las dos le pudiéramos mostrar eso a mi abuela. Ella aún es más sensible, el proceso para ella ha sido más difícil, pero nosotras estamos más tranquilas", dijo.

De su mamá conserva algunos objetos que le gustaban mucho, pero en general parte del proceso de aceptación ha sido salir de sus cosas, aunque busca conservar su esencia

"Mi mamá era alegre y le gustaba la música, a ratos mi abuelita dice que no, entonces es ahí donde yo le digo que no, que a mi mamá le gustaba la música y que así la vamos a recordar alegre", contó.

Juliana y su tía Adriana aseguran que la muerte de Rosa Elvira debe marcar un antes y un después en las condenas de este tipo de casos en el país; es por eso que buscan que pronto sea aprobado el proyecto que lleva su nombre en el Congreso y que actualmente está en séptimo debate en Cámara de Representantes.

Javier Velasco, responsable del asesinato de Rosa Elvira, paga una condena de 48 años de cárcel.

En la parte legal también está pendiente una demanda al Estado que se instauró el año pasado y en donde se pide una reparación colectiva a las mujeres y sus familias víctimas de ‘feminicidio’.