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Ana Torroja deberá ir al banquillo por fraude fiscal

Desde 2007 la cantante Ana Torroja está en el punto de mira del fiscal anticorrupción Juan Carrau y del juez de Palma Antonio Garcias como supuesta defraudadora fiscal.

Después de años de instrucción y distintas tentativas de negociar un pacto de conformidad, parece inevitable que la exvocalista de Mecano se siente en el banquillo, acusada por cinco delitos fiscales, por supuesta evasión y fraude al derivar sus ingresos a países extranjeros y paraísos fiscales.

La abogacía del Estado le pide más de tres años de cárcel y la fiscalía, 18 meses. Deberá depositar dos millones de fianza civil con otros dos acusados, sus asesores.

La vida de Ana Torroja quedó ligada a Mallorca desde que se compró una bella casa de veraneo en Camp de Mar, que fue el estudio del pintor y del espía inglés Tomás Harris, un tipo de novela en la guerra fría. Además, se casó a bordo de un barco por aguas insulares en las que suele bucear.

Para cerrar la compra de su chalé buscó un abogado de Mallorca, Gabriel Feliu, cuyo bufete familiar fue registrado por Anticorrupción al haberse especializado en anidar sociedades en paraísos fiscales.

Varios de los abogados del despacho y distintos clientes millonarios han sido juzgados, condenados y han afrontado multas por fraude dentro de la Operación Relámpago.

En el juicio, Ana Torroja se sentará en el banquillo de los acusados junto a su exabogado mallorquín Gabriel Feliu (que fue abogado en Mallorca de Michael Douglas) y otro profesional, Octavio Fernández.

Aún antes de la vista y en la misma apertura del juicio cabría un pacto de conformidad como ha sucedido en otros episodios semejantes emprendidos por el fiscal Carrau: con la asunción de la culpa, pago de lo defraudado más recargo y una multa, con lo que sería posible la rebaja de la posible pena.