Cargando contenido

Ahora en vivo

Seleccione la señal de su ciudad

Argentina y Alemania se vuelven a ver las caras en una final, 24 años después

La selección de Argentina, que ganó a Holanda en Sao Paulo gracias al lanzamiento de penaltis (0-0), alcanzó en Brasil 2014 el tiquete a la quinta final de su historia, la tercera desafiando a Alemania, para lograr el tercer Campeonato del Mundo.

El equipo albiceleste alcanza la recta final por el trofeo veinticuatro años después de su último intento (en Italia 1990) cuando cayó por 1-0 contra Alemania, su rival del domingo en la vigésima edición de la Copa del Mundo en el estadio Maracaná, en Río de Janeiro

La de Italia 90 fue el segundo revés argentino en una final. El anterior fue en la primera edición del torneo, en Uruguay 1930, cuando fue superado por el equipo anfitrión por 4-2.

Argentina se impuso este miércoles en Sao Paulo por 2-4 en la tanda de penaltis ante Holanda, a la que se llegó tras igualar sin goles en tiempo reglamentario y el alargue de 30 minutos. (Ver nota "La fiesta albiceleste toma las calles de Argentina")

La Albiceleste buscará el domingo en Maracaná su tercera corona. Ganó las finales de Argentina 1978, ante Holanda (3-1), a la que derrotó en semifinales, y en México 1986, contra Alemania, por 3-2.

La final del próximo domingo en Maracaná será el tercer duelo entre alemanes y argentinos en la lucha por el trofeo. Brasil 2014 deshará la igualdad existente hasta ahora, con un triunfo para cada equipo.

Las manos de Romero y las piernas y el corazón de Mascherano

Ni Lionel Messi ni Arjen Robben. Los penaltis que detuvo Sergio Romero, guardameta del Mónaco, lo elevaron a la altura de un nuevo mito argentino, casi parecido a lo que fue el gran león que este miércoles dejó el alma en el mediocampo de la selección albiceleste, Javier Mascherano.

Tres años tenía Romero cuando Sergio Goycochea le detuvo en semifinales los penaltis a los 'azzurri' Aldo Serena y a Roberto Donadoni y clasificó a Argentina a la final contra Alemania, en Italia 90.

Cuando Lionel Messi no tenía piernas, Mascherano le quitó el gol dos veces lanzándose al piso frente a Robben. En un partido donde los entrenadores Louis Vaan Gaal y Alejandro Sabella apostaron al error ajeno, en el gran partido de ajedrez del Mundial.

Un Mundial donde Argentina comenzó con errores en la defensa y esta vez, con el barcelonista Mascherano, jugando de líbero en el medio y en la defensa, le evitó el zarpazo que Van Gaal tenía preparado para los cansados sudamericanos. (Ver nota "El drama de los penales" pone fin "al sueño de un país", destaca prensa holandesa")

"Hoy demostramos cómo teníamos que jugar una semifinal del Mundo. Lo hemos jugado con corazón, con alma pero con una inteligencia táctica impresionante", afirmó Mascherano.

"Era lo que pretendíamos, estar a la altura. Después el destino decidiría donde nos pone. Nos puso en la final del mundo", agregó el 'Jefecito', que disputa su tercer Mundial.

El volante, con más de 100 partidos en la selección albiceleste, aseguró que haber llegado a la final ante Alemania en el Maracaná significa "haber puesto a la Argentina en el lugar que se merece".

"Vamos a jugar el partido más importante de nuestra carrera", concluyó, pensando ya en lo que vendrá.

Si Argentina equiparó en cinismo a la Holanda de Van Gaal, fue por obra de Mascherano, que brilló en la que fue su casa, la ciudad de Sao Paulo, donde despegó internacionalmente en 2005, con el campeonato brasileño.

Si Romero tuvo las manos, Mascherano aportó las piernas. Y algo que le agradece la hinchada argentina resistida por los eliminados brasileños: el corazón de león.

Pero los seguidores de Argentina no desconocen las manos "milagrosas" de Sergio 'Chiquito' Romero, responsables de la clasificación a la final del Mundial. Romero, muy cuestionado antes del Mundial, paró los lanzamientos de Ron Vlaar y Wesley Sneijder.

Para Argentina convirtieron sus penales Lionel Messi, Ezequiel Garay, Sergio Agüero y Maxi Rodríguez. Arjen Robben y Dirk Kuyt fueron los únicos que marcaron para los europeos.

"La verdad es que es una alegría inmensa. (Los penales) Son suerte, es la realidad. Tenía confianza y gracias a Dios salió bien", dijo Romero tras la victoria de la Albiceleste.

Más de 20 años esperando

Tras 24 años de espera para jugar una semifinal mundialista, Argentina sabía que se encontraba ante una gran ocasión de reverdecer laureles, aunque para ello debía vencer a la actual subcampeona, con sed de venganza por su derrota con España en Sudáfrica-2010.

La baja de Ángel Di María, pieza fundamental en el andamiaje ofensivo albiceleste, obligó a Sabella a mover fichas y el entrenador se la jugó por Enzo Pérez, volante del Benfica de Portugal al que había dirigido en Argentina.

La otra variante fue el regreso del lateral izquierdo de Marcos Rojo en lugar de José Basanta, tras haber cumplido su fecha de suspensión por acumulación de tarjetas amarillas.

"Llegamos a la final, a ver qué podemos hacer con un día menos de descanso y con suplementario. Lo daremos todo. Humildad, trabajo y vamos a dar el 100% para ver si ganamos", afirmó de su lado el entrenador argentino Alejandro Sabella.

De su lado, Louis Van Gaal sorprendió de entrada con la inclusión de Nigel de Jong, el volante declarado fuera del Mundial tras salir lesionado al inicio del choque con México en octavos de final y que se recuperó "milagrosamente" para jugar algo más de 60 minutos hasta ser reemplazado por Jordy Clasie.

Van Gaal lamentó no haber podido cambiar su portero para los tiros desde el punto penal: "Lo hubiese hecho pero ya había utilizado mis tres cambios, por lo que no podía", declaró.

La Albiceleste jugará su quinta final y buscará el tricampeonato tras los títulos de 1978 y 1986, donde también había enfrentado a Alemania. Holanda volvió a quedarse con otra gran frustración, con dos semifinales perdidas y tres finales sin éxito.

Tras el festival de fútbol de Alemania y su paliza 7-1 sobre Brasil en la primera semifinal el martes, argentinos y holandeses jugaron una verdadera partida de ajedrez con mucha cautela de ambos lados y casi ninguna ocasión de gol ante 63.267 espectadores que coparon el estadio en una noche invernal y por momentos lluviosa. (Ver nota "Con Argentina en la final, crece la pesadilla de Brasil en la Copa del Mundo")

Fue la quinta vez desde Alemania-74 que Argentina-Holanda se vieron las caras en una Copa del Mundo, incluyendo la final de Argentina-78 y los cuartos de final de Francia-98 donde se impusieron los naranjas.

Mientras la Albiceleste venía de ganarle 1-0 a Bélgica en cuartos de final, Holanda había sufrido hasta los penales para derrotar 4-3 a Costa Rica tras igualar sin goles en los 120 minutos.