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Arquidiócesis de Bogotá celebró sus 450 años

En el marco de la celebración por los 450 años de creación de la Arquidiócesis de Bogotá, el Cardenal Rubén Salazar Gómez hizo entrega simbólica del nuevo Plan de Evangelización, "Plan E", para esta jurisdicción.

En una celebración sencilla y muy significativa, Mons. Salazar Gómez presentó la Memoria Agradecida por los 450 años de la hoy Arquidiócesis de Bogotá, acompañado por una multitud de fieles laicos de las diferentes parroquias, delegados de comunidades religiosas femeninas y masculinas, Vicarios Pastorales, sacerdotes y seminaristas.

En su homilía aseguró que esta celebración eucarística tiene "un especial significado para nuestra querida Arquidiócesis porque en ella se recibe de nuevo la efusión del Espíritu Santo en nuestros corazones, nuestras comunidades y nuestro mundo".

El Cardenal afirmó que la Celebración se hace "en el contexto de que hace 450 años el Señor quiso congregar a su iglesia organizándola en una comunidad viva que se llamó Arquidiócesis de Bogotá; una comunidad llamada a vivir intensamente la realidad del amor de Dios".

Agradeció el trabajo de muchas personas: obispos, presbíteros, diáconos, consagrados, fieles laicos, matrimonios, familias, "que de una manera u otra han vivido profundamente su experiencia, su presencia y han sido capaces de testimoniarla con su vida y con su evangelio".

El también Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, llamó la atención sobre la importancia de descubrir y hacer realidad en la vida a Dios.

"Vivimos en una sociedad en la cual la presencia de Dios no interesa, algunos la niegan, otros sencillamente viven como si Dios no estuviera presente y no existiera; otros sencillamente confiesan a Dios con la boca, pero en su vida lo niegan en una total incoherencia, y por eso vivimos en un mundo en el que hay divisiones, enfrentamientos, guerras, injusticia y violencia, profundas inequidades, desigualdades, marginación".

Puntualizó que en la Iglesia arquidiocesana se lleva a cabo "un proceso intenso, profundamente comunitario de discernimiento de esa presencia amorosa de Dios, que nos permita descubrir como el Señor está con nosotros, como transforma nuestras vidas, como el Señor transforma la sociedad, a pesar del pecado, de la injusticia y de la violencia".

Reiteró el llamado a ser discípulos y misioneros, cuando el Papa Francisco afirma que "hay que salir para ir a la periferia", es decir a los demás, especialmente a los más pobres, a los más necesitados y excluidos de la comunidad.

Aseguró el Cardenal que "el Señor nos envía hoy, y nos envía como comunidad... no cada uno por nuestro lado, dejándonos llevar de nuestros caprichos y nuestras ideas personales".

Respecto al Plan E, dijo que en este año 2103 "vamos a empezar una nueva etapa, un nuevo caminar, porque lo vamos a hacer todos juntos, a la luz de aquella presencia que hemos discernido y que hemos tratado de plasmar en un Plan de Evangelización".

Monseñor Rubén explicó que el Plan de Evangelización significa trabajar juntos y de manera organizada para que el Evangelio llegue a todos aquellos que componen nuestra sociedad: una sociedad múltiple, plural, en la cual hay tantas culturas y subculturas; una sociedad en la cual todos los días se fragmenta la realidad porque cada uno sigue prácticamente su propio corazón".

"Empezamos a partir de este Plan de Evangelización, a descubrir juntos las grandes líneas de trabajo, los grandes criterios que tenemos que vivir en ese proceso de evangelización, vamos a empezar a programar juntos la acción para que seamos capaces de ser más eficaces en nuestros esfuerzos. Pero sobre todo vamos a tomar una conciencia clara, muy profunda, que es el Señor el que actúa, y que nosotros lo único que tenemos que hacer es ser instrumentos útiles y eficaces en sus manos", agregó.