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Aspirantes a suceder a Mujica en Uruguay piden voto de confianza en cierre de campaña

A tres días de las elecciones en Uruguay, los candidatos a suceder al popular José Mujica buscaron llegar a los indecisos que mantienen la incertidumbre en comicios en los que la izquierda arriesga el poder que detenta desde hace una década.

"Con toda esta gente y vamos a tener que ir a un balotaje", comentó por lo bajo un veterano frenteamplista a su pareja, uno de los miles que portando banderas, en auto, bicicleta, patineta o a pie, tiñeron de blanco, azul y rojo la rambla de Montevideo.

Los sondeos vaticinan que el oficialista Tabaré Vázquez no lograría la mayoría parlamentaria con la que la izquierda ha gobernado diez años. E incluso, que el ascendente Lacalle Pou podría vencerlo en una segunda vuelta.

"Estoy muy satisfecha con los diez años de gobierno del Frente, no estoy segura de lo que va a pasar el domingo pero me decepcionaría enormemente si ganan blancos o colorados", comentó Lucía Salgado.

Una idea que el propio Vázquez intentó rebatir en el multitudinario acto de cierre de campaña: "Pese a quien le pese y a quien no le guste" el FA gana y "con mayoría parlamentaria", aseguró quien fuera en 2005 el primer presidente de izquierda y que a los 74 años es la apuesta del Frente Amplio (FA) para un tercer periodo consecutivo de gobierno.

Pero según las proyecciones de las consultoras Cifra y Factum, Vázquez obtendría el domingo entre 43% y 46% de los votos, lejos del 50,5% con los que llegó al gobierno en primera vuelta en 2005 y del 48% obtenido por Mujica, que debió ser ratificado en un balotaje, pero pudo gobernar con mayoría parlamentaria.

En su último discurso antes del inicio de la veda electoral, que impide la propaganda partidaria en los dos días previos a los comicios, Vázquez pidió tener fe y arengó a la multitud apelando a las reivindicaciones históricas del FA como la redistribución de la riqueza, la identidad de género o la búsqueda de desaparecidos en la última dictadura militar (1973-1985).

El expresidente pidió a los jóvenes que hablen con sus padres para que éstos "les expliquen cuáles eran las condiciones de vida antes de que el Frente llegara al gobierno: que había niños que comían pasto, que había desocupación, que había tristeza".

"Queremos un voto de confianza que permita un tercer gobierno del Frente Amplio", aseguró.

"Queremos ser mejores"

En la ciudad de Las Piedras, en el vecino Canelones (centrosur), donde cerró la campaña el candidato del Partido Nacional o "blanco" Luis Lacalle Pou, Lucía García, de 20 años, asegura que éste "representa la renovación".

"Para nosotros los jóvenes esa trillada historia de la dictadura, ya nos aburrió. Queremos algo nuevo y Lacalle Pou nos ofrece eso", dijo.

Este diputado de 41 años, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) que sorpresivamente se quedó con la candidatura de su partido en las primarias de junio, es "una persona honesta, con mucha inventiva, inteligente", sostuvo por su parte Jesús Calero, de 60 años.

"Todos los veteranos que han venido no han hecho las cosas bien, hay que darle la oportunidad a los jóvenes ahora", añadió.

Según los sondeos, Lacalle Pou obtendría 31-33% de los votos, lo que le permitiría pasar al balotaje y buscar alianzas con el también tradicional Partido Colorado (centroderecha), cuya intención de voto oscila entre 15% y 18%.

"No vinimos a sacarle la mayoría parlamentaria al Frente Amplio, vinimos a gobernar ahora y a gobernar bien", aseguró el candidato en su último mensaje. "No es porque los otros son malos, es porque queremos ser mejores".

A varias cuadras de donde se reunieron los frenteamplistas, cientos de "colorados" confiaban en tanto en ser la sorpresa de la elección y que su candidato Pedro Bordaberry sea quien pase al balotaje.

"Es el mejor", aseguró Melanie Portillo, de 21 años. "Tengo esperanza de que demos una sorpresa".

El propio candidato admitió que la campaña los "puso a prueba como partido" pero arengó a sus simpatizantes a mantener la ilusión y respaldar al partido "de las propuestas".

Mientras los analistas prevén una campaña "muy competitiva" hacia la segunda vuelta del 30 de noviembre, el propio presidente Mujica -cuestionado por la oposición por intervenir en la campaña electoral- dijo el jueves a la agencia argentina Télam que confía en que "vengan muchos uruguayos" del exterior a participar en los comicios.

"Los necesitamos", aseguró, confiando en que "el pueblo uruguayo va a mantener el rumbo" y se impondrá el candidato del oficialismo.