Bicentenario de Wagner reabre polémica por el genial compositor
El bicentenario del nacimiento del músico alemán Richard Wagner, que se cumplió el pasado miércoles, ha reabierto la controversia amor-odio de Alemania hacia su compositor más genial y controvertido, quintaesencia de la "germanidad" y a la vez universal.
23 Mayo 2013 - 06:35 pm
Wagner nació en Leipzig el 22 de mayo de 1813 y murió en Venecia, Italia, el 13 de febrero de 1883. Fue un compositor, director de orquesta y ensayista del período romántico.
En su obra se destacan principalmente sus óperas, en las que, a diferencia de otros compositores, asumió también el papel de elaborar el libreto y la escenografía.
Leipzig, la ciudad donde nació, y Bayreuth, donde mandó construir el teatro idóneo para sus óperas, comparten estos días el protagonismo de las celebraciones, entre conciertos, seminarios, exposiciones y todo tipo de actos de devoción al compositor.
La ciudad sajona se reivindica en este "Año Wagner" como la capital de la música de Alemania, ya que ahí nació Wagner y ahí vivieron, en distintos momentos, Johann Sebastian Bach, Felix Mendelssohn y Robert y Clara Schumann.
“El anillo del nibelungo”
El simbólico “Anillo del nibelungo” se representó este año en su integridad, por primera vez en décadas, en la modesta ópera de Leipzig, y en esa ciudad ha quedado inaugurado este jueves un monumento al compositor, en medio de una conferencia internacional en torno al "Mito Wagner".
Sus óperas pueden ser estridentes, excesivas o hasta insoportables, para quienes no se cuentan entre sus admiradores, o transportar a quien las escucha al éxtasis, si está en el hemisferio opuesto, musicalmente hablando.
Algunos historiadores han cuestionado la personalidad de Wagner, admirado por Adolfo Hitler, en alusión a sus infidelidades, su carácter manipulador y su reconocido antisemitismo.
Sus tesis fueron celebradas por Hitler, que convirtió su música en dogma operístico del Tercer Reich y proscribió a Mendelssohn, de origen judío y tachado de "débil" por Wagner.
No obstante, en la Alemania de hoy, el fervor por Wagner es un fenómeno apolítico, si cabe, que comparten la canciller Angela Merkel o la líder de los verdes, Claudia Roth.