Boyacá: Con eucalipto, hojas de plátano y artesanías celebraron el domingo de Ramos

Los boyacenses intercambiaron Palma de cera por otro tipo de elementos simbólicos para celebrar el día Santo tradicional, evitando el daño medio ambiental y respetando las restricciones en el uso de dicha Palma, debido a que es una especie en riesgo.

Miles de feligreses recorrieron las principales calles de los 123 municipios del departamento, en la procesión tradicional del Domingo de Ramos, que este año remplazó los cogollos de la Palma de Cera por elementos decorativos como banderas, pañoletas, banderines, afiches, manillas, y ramos y cruces realizadas en calceta de plátano y amero, en hojas de acacia, Eucalipto y Flóres.

Pese a que la mayoría acató la estrategia de sensibilización frente al mal uso de la Palma de Cera, tradicionalmente empleada en las celebraciones eucarísticas del Domingo de Ramos, en los operativos adelantados por las unidades del Grupo de Protección Ambiental y Ecológico de la Policía de Boyacá y de la Policía Metropolitana de Tunja, en conjunto con CORPOBOYACÁ, se incautaron 350 ramos de Palma de Cera, por no presentar guía o salvoconducto de autoridad ambiental, y 1500 ramos de Palma de Vino, especie en riesgo de disminución avaluados en más de 8 millones de pesos.

Por su parte, CORPOCHIVOR adelantó la campaña “en esta Semana Santa reconcíliate con la naturaleza”, con la entrega de cinco mil ramos y cruces realizadas en calceta de plátano y amero las cuales fueron repartidas en los 25 municipios que conforman la jurisdicción de esa corporación.

Con un buen tiempo en la mayoría de los municipios, y en total tranquilidad, se desarrolló el certamen del Domingo de Ramos. En la capital Boyacense, Tunja, se realizó la acostumbrada misa del día santo En la Catedral de la Ciudad, la cual estuvo dirigida por el máximo jerarca de la Iglesia en Colombia, el Presidente de la conferencia Episcopal, Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, arzobispo de Tunja.

Dentro de las reflexiones de la Iglesia para esta semana santa, estuvo el llamado al apoyo para una nueva cultura de la Paz, que comienza desde las familias, y que reconoce y respeta a los demás. La iglesia reiteró que el tiempo de la semana santa, debe ser aprovechado por la comunidad para el encuentro espiritual individual, y para la reconciliación y el perdón como aspectos fundamentales preparatorios para un tiempo de postconflicto.