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Brasil entra en recesión técnica a casi un mes de elecciones nacionales

Brasil, la séptima economía mundial, entró técnicamente en recesión al registrar dos trimestres consecutivos de contracción del PIB, una noticia que puede costar votos a la presidenta y candidata a la reelección Dilma Rousseff y favorecer a sus rivales.

Divulgados a casi un mes de las elecciones de octubre, los datos señalan que el PIB de la principal economía latinoamericana cayó 0,6% en el segundo trimestre en relación a los tres meses anteriores, mientras el crecimiento de enero a marzo fue revisado a la baja, de 0,2% a -0,2%.

Muchos analistas atribuyen la contracción del PIB a la crisis en la industria y a la gran cantidad de feriados decretados durante la Copa del Mundo celebrada del 12 de junio al 13 de julio, entre otros factores.

Al crecimiento negativo se suma una elevada inflación: 6,5% en 12 meses hasta julio, el máximo de la meta establecida por el gobierno.

La incertidumbre sobre el resultado de las elecciones de octubre tras la inesperada entrada en liza de la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista de Brasil (PSB), a quien los sondeos dan como ganadora en segunda vuelta frente a Rousseff, también ha provocado una caída en las inversiones.

Las cifras del PIB "posiblemente serán utilizadas por los rivales de Rousseff en la campaña para atacar su pobre registro de crecimiento e inflación", estimó Robert Wood, analista para Brasil de la Economist Intelligence Unit.

"Los mercados han estado respondiendo de manera positiva a los últimos sondeos que señalan que la reeleción de Rousseff está en riesgo", y un cambio de gobierno con Marina Silva o el socialdemócrata Aecio Neves (PSDB) contribuiría a la restauración de la confianza empresarial, añadió.

"Momentáneo"

"Creo que este resultado es momentáneo", afirmó Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), al comentar la contracción del PIB. "Debido a la Copa tuvimos la mayor cantidad de feriados en toda la historia de Brasil en los últimos años", justificó.

El país tendrá "una gran recuperación" en el próximo trimestre, prometió la jefa de Estado.

Silva, no obstante, consideró que la recesión técnica "es muy preocupante". "Sería bueno que nuestro país estuviera creciendo, tuviera inversiones y no la amenaza de que la inflación subirá y que las inversiones están siendo muy perjudicadas", añadió.

Aecio Neves, tercero en las encuestas, sostuvo por su lado que "es triste que al final del gobierno el ministro de Hacienda [Guido Mantega] entregue ese cuadro extremadamente perverso para los brasileños de recesión económica y de inflación fuera de control".

"Creo que no se debe hablar de recesión" porque el PIB ha caído poco en un tiempo corto "y la economía está moviéndose; además hay empleo, la masa salarial está creciendo, y el mercado consumidor está expandiéndose", dijo Mantega a periodistas.

Según el ministro, el escenario económico externo, la sequía y los feriados del Mundial perjudicaron el desempeño de la economía.

La Bolsa de Sao Paulo, que según analistas tiene "alergia" a Rousseff, cerró el viernes con un alza de 1,65% respecto al jueves, impulsada por la perspectiva de que la mandataria pierda las elecciones de octubre. En la semana reportó un alza acumulada de 2,59% y en agosto subió 9,63%, su mejor registro mensual de este año.

"Brasil pierde ritmo de crecimiento desde 2011 por un cuadro de política económica con muchas incertidumbres, mucho intervencionismo del Estado en la economía, y este año hay incertidumbres adicionales: las elecciones, el riesgo de racionamiento de energía eléctrica y ajustes que deberán ser realizados en 2015", dijo Margarida Gutierrez, profesora de Macroeconomía de la Universidad Federal de Rio (UFRJ).

¿Dolores de crecimiento?

"Brasil no está fundido", aseguró no obstante el analista económico André Perfeito, de la consultora Gradual Investimentos en Sao Paulo.

Una mayoría de analistas espera que el crecimiento regrese a terreno positivo en el segundo semestre.

El gobierno ha reducido sus expectativas de crecimiento este año a 1,8%, mientras el mercado cree que el alza del PIB en 2014 será mucho menor, de apenas 0,7%.

"Brasil creció mucho en los últimos años. (...) Es cierto, la economía se desaceleró, entre otras razones porque el consumo de las familias, que era muy fuerte, paró de crecer, y como el real estaba fuerte empezamos a importar mucho y a viajar al exterior", estimó Perfeito.

"Pero de forma general la economía brasileña adquirió otro tamaño y va a continuar creciendo. Brasil atraviesa ahora dolores de crecimiento", agregó.

El gigante sudamericano enfrenta su cuarto año consecutivo de crecimiento moderado. Tras un alza espectacular de 7,5% del PIB en 2010, Brasil creció 2,7% en 2011, 1% en 2012 y 2,5% en 2013.