Cargando contenido

Ahora en vivo

Seleccione la señal de su ciudad

Campesinos, indígenas y afros amenazaron con irse a otro paro

Miles de campesinos, indígenas y afrodescendientes se volvieron a congregar en la Plaza de Bolívar de Bogotá para exigir al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos que cumpla los acuerdos pactados al término del paro agrario en septiembre de 2013 para no ir a una nueva protesta.

Desde la 1:30 de la tarde más de 30 mil personas marcharon desde el Coliseo El Campín hasta la céntrica plaza, por diferentes avenidas como la Carrera 30 y séptima, al igual que desde la Calle 55 hasta la Calle 10, donde la movilidad estuvo colapsada por varias horas.

Al llegar al centro, las organizaciones campesinas, así como diversos colectivos estudiantiles y sindicales, se unieron en arengas, canciones y pancartas a través de las cuales amenazaban con ir a un nuevo paro nacional agrario, sino se les cumplen las exigencias comunes elaboradas durante el pasado fin de semana en la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica, y Popular.

Una de las principales reclamaciones de los manifestantes es que el Gobierno revierta los tratados de libre comercio (TLC) que ha suscrito en los últimos años por los efectos que, argumentan, han empobrecido todavía más a un sector agropecuario aquejado de un abandono de décadas.

Asimismo, el gremio exige una reducción del 50% en el precio de la gasolina, una petición que –según un estudio realizado por los mismos dirigentes- " no sólo es posible sino que es una necesidad para el pueblo colombiano".

"El costo real de la producción de un galón de gasolina está aproximadamente en 4.400 pesos, de ahí, que el resto son costos que se ganan las transnacionales que producen y comercializan el combustible en Colombia", afirmó Sergio Latorre, dirigente del movimiento político de masas del Centro Oriente.

"No aguantamos más"

María Ruby Díaz, perteneciente al gremio, en medio de la protesta asegura que ya es imposible cosechar y que la situación del campesinado colombiano cada día es más difícil.

"Todo es inútil en el campo y queremos que el Gobierno nos cumpla. Estamos cansados porque ya no alcanza ni siquiera para nosotros".

"Ya dialogamos, ya aguantamos y no quisieron darnos solución. Ya hicimos un paro y el país vio lo que sufrimos y si nos toca ir a protestar otra vez, lo haremos", aseguró Miguel Pinzón otro campesino.

Asimismo, Olga Chivatá, integrante de una agremiación de cultivadores de papa en Boyacá, señaló que uno de los mayores problemas es la falta de acceso a los créditos.

"Que nosotros estemos viendo avances favorables, no los hay. El campesino está muy decepcionado porque se hizo un paro agrario que respaldó el país, pero la situación sigue igual", afirmó.

La multitudinaria marcha fue el evento final de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, donde las organizaciones campesinas pactaron conformar una plataforma única para negociar con el Gobierno y evitar así que sus reclamos queden diluidos en mesas paralelas.

"Acordamos un pliego unitario por primera vez en la historia de los movimientos sociales. Es algo trascendental. También acordamos un movimiento único de negociación", explicó César Jerez, portavoz de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).

Y agregó "(Hacemos) un llamado de urgencia al Gobierno: o cumple o nos vamos al segundo tiempo del paro nacional agrario", dijo en referencia a la huelga que entre agosto y septiembre de 2013 paralizó el país en protesta por los efectos negativos de los tratados de libre comercio y el abandono estatal al campo.

De llevarse a cabo esta amenaza del sector agrario, el nuevo paro se convocaría para finales de abril o inicios de mayo, en plena campaña de las elecciones presidenciales que tienen su cita con las urnas el 25 de ese mes en primera vuelta y el 15 de junio en segunda.

"Mantenemos el diálogo"

Ante la protesta, el presidente Santos dijo que ordenó a sus ministros que se mantengan en diálogo con los sectores campesinos con el fin de evitar un nuevo paro.

"He dado instrucciones a los ministros para que continúen ese diálogo, continúen ese proceso de información y de conversación con los diferentes sectores agropecuarios y campesinos para el cumplimiento de lo que se acordó", afirmó Santos al concluir un consejo de ministros en la isla de San Andrés.

Según Santos, "el inventario sobre el cumplimiento de esos compromisos es altamente positivo", al referirse al nivel de ejecución de los acuerdos por parte del Gobierno con el campo, para lo cual su Administración lanzó el año pasado el Gran Pacto Agrario Nacional.

El Presidente también instó al Congreso a que acelere la discusión de proyectos como el de la Ley de Desarrollo Rural, de la cual dijo: "la necesita el campo, la necesita Colombia, la necesitan los campesinos".

"El TLC es el gran enemigo"

Por su parte, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro en medio de la congregación en la Plaza de Bolívar hizo una fuerte crítica al congreso electo, al que relacionó con grupos al margen de la ley. Además, indicó que los TLC firmados por Colombia con otros países y lo que él llama el "narco latifundio" son los dos grandes enemigos del campesinado colombiano.

"Para mantener el latifundismo improductivo es que han construido ejércitos privados que descuartizan en las regiones a los campesinos de la patria", dijo el Mandatario.

”Esos ejércitos privados que han hundido en la violencia en los campos se han adueñado del poder político en Colombia y han elegido a la mayoría de los congresistas que aquí atrás hacen las leyes en contra del pueblo y a favor de las mafias”, añadió.

Sobre las 7 de la noche, justo después de que el alcalde Petro terminara su intervención, las miles de personas fueron desalojando la Plaza, con la firme intensión de entrar en cese de actividades en algunas semanas si el Gobierno Nacional continua 'dándole largas' a los acuerdos pactados.

Cabe recordar también que diversas figuras de la izquierda como los senadores electos por el Polo Democrático Alternativo (PDA) Iván Cepeda y Alberto Castilla; la candidata vicepresidencial por la coalición izquierdista, Aída Avella, y la ex senadora Piedad Córdoba, expresaron su apoyo a la cumbre, hecho que algunos sectores de derecha consideran oportunista y proselitista.