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Desarticulada banda "Los Sierras", que operaban en el sector de La Galería de Manizales

Las aprehensiones, se realizaron en las últimas horas

Para el pasado mes de noviembre del año 2013, la Policía Nacional dio continuidad a un trabajo investigativo y operativo desplegado en el sector de la Galería de Manizales, donde en los últimos años se han obtenido importantes logros operacionales contra estructuras dedicadas al tráfico y comercialización de estupefacientes, que permitieron la captura de más de 40 personas, entre ellos el principal cabecilla conocido con el alias de “CULEBRO”, destinación de inmuebles a extinción de dominio y lavado de activos.

Frente a estos hechos, unidades la Seccional de Investigación Criminal detectaron gracias a las labores adelantadas y las oportunas informaciones de la comunidad de este sector un grupo delincuencial autodenominado “Los Sierra”, vinculado con la banda criminal “La Cordillera”, responsable de acciones criminales en el Triángulo del Café.

Según las pruebas recolectadas esta organización delincuencial, se encargaba del almacenamiento, dosificación, distribución y venta de sustancias estupefacientes a todo tipo de personas, entre ellos menores de edad. Dentro de las labores investigativas, se determina que la zona elegida por esta organización para llevar a cabo su actividad delincuencial, se encuentra ubicada sobre la calle 21 entre carreras 15 a 17 cerca de un establecimiento educativo y a escasos metros del Parque Liborio, sitios que son frecuentados por jóvenes en etapa de formación académica y social que podrían verse influenciados a consumir este tipo de alucinógenos.

Debido a la presión y el accionar operativo de la Policía Nacional esta organización ha mutado el fenómeno delincuencial de tal forma que su líder, conocido con el alias de “Brayan”, vinculado directamente con la banda criminal “La Cordillera”, cambia su modus operandi para la comercialización de sustancias estupefacientes, ya que no utilizan viviendas para el expendio de la droga y no se les permite tener más de cinco dosis del alucinógeno a los vendedores, cuando las dosis son vendidas liquidan y les son entregadas cinco más, alias “Malón”, segundo al mando de la organización, se encargaba de administrar el estupefaciente utilizando para ello dos residencias ubicadas en la Calle 21 Nº15-51 y Carrera 18 Nº 22-15 respectivamente, donde almacenaba el alucinógeno, surtía a los vendedores y en ocasiones recibía el dinero de la venta; alias “El Enano”, supervisa que no se venda contrabando (estupefacientes de otro sector de la ciudad), amenazando la integridad física de quienes lo hacen, del mismo modo recibe dinero cuando es autorizado por el líder; y como vendedores en nómina, actúan las personas conocidas con los alias de “Sicario”, “Conrado”, “Pipio”, “Tato”, “La Canario” y “Albert”; todos los integrantes de esta organización han sido capturados por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes en ocasiones anteriores y serían los responsables de la ejecución de delitos conexos, por la disputa territorial, ocasionando lesiones personales y homicidios.

Las unidades policiales procedieron a efectuar las labores de verificación y de vecindario en los sitios señalados, donde se logra establecer la comisión de las actividades ilícitas, de esta estructura delincuencial integrada por nueve personas en coordinación con la Fiscalía Cuarta Seccional de Manizales, logrando recaudar elementos materiales de prueba como vídeos, entrevistas a testigos y consumidores que permitieron establecer las plenas identidades de los integrantes de esta red de narcomenudeo.

Esta organización autodenominada "Los Sierra", adoptando mecanismos de comercialización de sustancias estupefacientes innovadores, hace pasar sus vendedores como consumidores, a tal instancia que ante los controles ejercidos por la Policía Nacional durante las requisas les eran encontradas de una a dos dosis de estupefacientes, impidiendo la judicialización en su contra, por esta razón se recaudaron elementos materiales probatorios suficientes, donde se evidencia una conducta punible que permite conocer el modus operandi utilizado por esta red delincuencial.

Los expendedores en el ejercicio de su actividad al notar la presencia policial procedían a esconder los estupefacientes en las prendas de vestir, zapatos, medias, canaletas, contadores de luz, agua y gas, avisos publicitarios, bajo las puertas y todos los materiales que aparentemente son basura arrojada en el suelo (cajas de fósforos, cajas de chicle, paquetes de papas, entre otras).

Los vendedores recibían como pago trescientos pesos por cada dosis vendida; si el dinero pactado estaba completo, alias Bryan y Malón entregaban más estupefacientes para su comercialización.