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Dilma Rousseff es otra vez la favorita para las elecciones en Brasil

Todo indica que el próximo domingo los brasileños optarán por el statu quo y votarán mayoritariamente por la presidenta Dilma Rousseff. Pero a sólo dos días de los comicios todavía es difícil predecir quién disputará con ella un posible balotaje.

En estas elecciones cargadas de sorpresas y suspenso, Rousseff lucha por un segundo mandato de cuatro años que elevaría a 16 los años del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en el poder.

Rousseff es la favorita tanto en la primera vuelta del 5 de octubre, como en un probable balotaje el 26 de este mes, gracias a sus propuestas de continuar los programas sociales que lograron que 40 millones de personas ingresaran en la clase media en los últimos 12 años, según el gobierno.

"Todo indica que hicimos una campaña fuerte. Estamos contando con el segundo turno", dijo Rousseff el viernes en una caminata por Sao José dos Campos, en el estado de Sao Paulo (sureste).

La presidenta posiblemente se enfrente en un balotaje con la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño(PSB), aunque los últimos sondeos señalan que el socialdemócrata Aecio Neves (PSDB) tiene chances de pasar a una segunda vuelta.

"No tengo preferencia" entre Silva y Aecio Neves, afirmó Rousseff.

Si bien la economía ha crecido muy poco durante el mandato de esta exguerrillera de 66 años, la mayoría de los brasileños no lo ha sentido: el desempleo está en mínimos históricos, los salarios subieron de la mano de la inflación y el consumo sigue elevado.

"Dilma mira para los pobres, los otros no. Gracias a ella tengo mi casa, y mi hija recibe dinero del Bolsa Familia. Antes vivía junto a un río y una vez con mi hijo y mis nietos casi morimos ahogados", explicó Maria Cristina Ribeiro dos Santos. Esta ama de casa de 53 años se mudó hace cuatro meses a una vivienda popular construida por el gobierno en la periferia de Rio, por la que paga menos de 100 dólares mensuales.

"El segundo turno será diferente"

Silva es una exempleada doméstica de 56 años que creció en la pobreza en la Amazonia, fue alfabetizada a los 16 años y abandonó el catolicismo por la fe evangélica cuando estaba al borde de la muerte.

La candidata de PSB promete una nueva forma de hacer política, diferente a la del PT y el PSDB que se han repartido el poder en las últimas dos décadas. Lucha por pasar a un balotaje con Rousseff para poder ser la primera presidenta negra de Brasil.

Silva se paseó el viernes por el barrio Tijuca (norte) de Rio de Janeiro, de clase media, y se sacó 'selfies' con sus simpatizantes.

"Vamos a ganarle a Dilma (...) El segundo turno será diferente, con tiempo de televisión igual", dijo la ecologista.

Rousseff tiene casi seis veces más tiempo de propaganda electoral gratuita que ella, debido a la cantidad de partidos que integran su coalición.

Silva, que en 2010 fue presidenciable y conquistó un sorprendente 20% de los votos, se convirtió inesperadamente en presidenciable en agosto tras la muerte de su compañero de fórmula Eduardo Campos en un accidente aéreo. En dos semanas llegó a aventajar a Rousseff por 10 puntos en un eventual balotaje.

Neves gana terreno

Pero Silva ha perdido tanto terreno en los últimos días que un sondeo la muestra ahora en empate técnico con Aecio Neves, del PSDB (24% contra 21%, según Datafolha), que podría dejarla fuera del balotaje.

Envalentonado por el sondeo y su buen desempeño en el último debate presidencial, Neves lucha por ingresar al balotaje.

"Tenemos las mejores condiciones para vencer al PT en la segunda vuelta" y dar a Brasil "un gobierno con experiencia para enfrentar el gran caos que vamos a encontrar en la economía", dijo en un acto en Belo Horizonte.

Rousseff es favorita para ganar la primera vuelta con 40%, y también vencería en una segunda vuelta contra Silva o contra Neves por 48% contra 41%, según sondeo de la firma Datafolha.

Un total de 142,8 millones de electores han sido convocados a las urnas este domingo para elegir presidente, pero también a los 27 gobernadores, a toda la Cámara baja (513 diputados), a un tercio del Senado (27) y a los 1.069 diputados estatales, entre más de 26.000 candidatos.

Decenas de miles de policías garantizarán la seguridad de la jornada electoral, especialmente en Rio, donde habrán 22.253 agentes en las calles -el doble de lo normal- tras tiroteos y ataques en favelas en los últimos días que han dejado cinco muertos, incluidos dos narcotraficantes.