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El padre de copiloto de avión siniestrado está "completamente devastado"

El padre de Andreas Lubitz, el copiloto del avión de Germanwings que presuntamente estrelló voluntariamente en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, está "completamente devastado", según el alcalde de la localidad cercana al lugar del siniestro Prads-Haute-Bléone, Bernard Bartolini.

El contenido de la caja negra encontrada apunta, tal y como desveló esta semana la Fiscalía francesa, que Andreas Lubitz habría provocado que el aparato se estrellara en las montañas, tras aprovechar una ausencia del comandante de la cabina.

Su padre, según indicó el alcalde en declaraciones ofrecidas a la cadena francesa "BFM TV", "siente sobre él toda la responsabilidad de ese drama" y "atraviesa una angustia increíble".

Bartolini dijo que vio al padre del copiloto el jueves, en la ceremonia en la que se levantó en el pueblo vecino de Le Vernet una pequeña estela con un texto en francés, español y alemán que se ha convertido en lugar de peregrinación de los familiares de los fallecidos.

El padre del copiloto acudió al lugar junto con los allegados de los miembros de la tripulación, sin mezclarse con las de los pasajeros, y estaba en tal estado, según su relato, que "no hay palabras para expresarlo".

El resto de familias se encontraban igualmente "deshechas", añadió Bartolini, según el cual algunas personas cogieron piedras del lugar de la estela, como si necesitaran, en sus palabras, "llevarse con ellos algo de esa tierra para empezar a hacer el duelo".

El copiloto del Airbus A320 padecía un trastorno psicosomático, según "Die Welt"

Agentes de la policía hallaron en el registro del apartamento en la ciudad alemana de Düsseldorf del copiloto del vuelo siniestrado de Germanwings numerosos medicamentos para tratar un grave trastorno "psicosomático", publica hoy el diario "Die Welt" en su edición digital.

"El hombre, de 27 años, estaba siendo tratado por varios neurólogos y psiquiatras", asegura un miembro de la investigación en declaraciones al rotativo, al tiempo que agrega que no se hallaron ni drogas ni nada que haga indicar una dependencia a los narcóticos o al alcohol.

El copiloto, Andreas Lubitz, sufría un "síndrome subjetivo de sobrecarga" -lo que se conoce como "burnout" o estar "quemado" por estrés laboral- y tenía una fuerte depresión, señala, y agrega que "esto se desprende de notas personales del piloto, que guardó y archivo".

En tanto continúa la evaluación del ordenador y los documentos confiscados por los agentes del apartamento que tenía el copiloto en Düsseldorf y de la vivienda de sus padres en la localidad de Montabaur.

Prosiguen además los interrogatorios a médicos, amigos, colegas y conocidos del copiloto.

También la novia de Andreas Lubitz ha tenido que responder a las preguntas de la instrucción.

La Fiscalía de Düsseldorf informaba ayer del hallazgo durante el registro de ambas viviendas de varios documentos que arrojan luz sobre la situación personal del copiloto, entre ellas "bajas médicas, actuales e incluso vigente para el día de los hechos, hechas pedazos".

La aerolínea Germanwings, por su parte, señaló que desconocía la existencia de un certificado médico de baja por enfermedad, pues el copiloto ocultó aparentemente su estado a la compañía.

El grupo especial que lleva la investigación bajo el nombre de "Alpes" cuenta en estos momentos con hasta 200 agentes encargados en buscar pruebas que permitan esclarecer qué llevó al copiloto a estrellar presuntamente de forma deliberada el vuelo 9525 con 150 personas a bordo cuando cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf.

En Düsseldorf se encuentra también una delegación francesa, entre los que figuran el jefe de la dirección general del departamento de investigación criminal, Jean Pierre Michel, para intercambiar información con los investigadores alemanes.

Miembros de la delegación francesa informaron de que los restos mortales del copiloto todavía no han sido encontrados.