"La paz de Colombia tiene muchos enemigos": Íngrid Betancourt

En diálogo con RCN La Radio Betancourt dijo que "la paz en Colombia tiene muchos enemigos, porque hay gente que vive de la guerra, y lo digo no por las personas que viven en las zonas de conflicto sino por las personas que se lucran a través de eso".

Agregó que "habrá muchas personas que seguirán saboteando el proceso, pero lo fundamental es saber que el proceso puede cambiar la vida de los colombianos en un corto plazo".

La excandidata presidencial también dijo que es preferible un "mal arreglo que un buen pleito", al referirse a la polarización que se ha presentado en gran parte del país, con respecto a los beneficios que tendrían los líderes de la guerrilla en materia de participación política, de lograrse un eventual acuerdo.

"Nosotros tenemos que ser muy pragmáticos. Es mejor un mal arreglo que un buen pleito y es mejor lograr una paz que seguir en la guerra, y hay lograr unas concesiones porque entre más alarguemos esto, más nos va a costar no sólo en vidas humanas sino en traumatismos democráticos", indicó.

Sobre un eventual logró de la paz aseguró que "hay que reflexionar qué pasará con los 'raspachines', son campesinos que trabajan para las Farc".

"Es muy difícil decirlo, pero digamos que hay muchas posibilidades y digamos que se han superado muchos obstáculos de las negociaciones pasadas. Es decir, que el momento en que la sociedad civil está es fundamental, y hay que participar en ese posible referendo que se pueda dar", afirmó la excandidata presidencial.

Con respecto al narcotráfico Betancourt dijo que de lograrse un acuerdo de paz con las Farc, no significaría la inmediata terminación de este problema, aunque advirtió que sí se disminuiría notablemente.

"Este proceso de negociación no va a acabar con el narcotráfico en Colombia, eso es claro (...) el hecho de tener una paz negociada ya es un gran avance, pero también y es importante reflexionar porque las Farc tienen la experiencia de lo que es ese negocio en Colombia y habrá que mirar qué va a pasar con los campesinos que trabajan para estos grupos sembrando hojas de coca y con otras personas que están involucradas en ese aspecto".

Como una de las víctimas emblemáticas de la violencia en Colombia, la excandidata presidencial Íngrid Betancourt afirmó que las personas que se han visto afectadas por el conflicto piden, como ella, compasión por parte de los colombianos y justicia en cada uno de sus casos.

Betancourt aseguró que "los daños que a mí me causaron fueron irreparables, como víctima a mí se me negaron todos los derechos (...) lo que nosotros reclamamos es compasión de todos los colombianos".

Indicó que en este más de medio siglo de conflicto todos los colombianos se han convertido en víctimas de la guerra, y por eso resaltó la importancia de lograr una terminación negociada con todos los actores armados.

"Todos los colombianos hemos sido víctimas del conflicto. Creo que a uno le duele más la incomprensión de los suyos que la agresión del enemigo, por eso se pide justicia. No solo a las Farc sino todos los actores del conflicto hay que exigirles que le pidan perdón a las víctimas (...) el perdón entendido como una disposición de aceptar que es posible hacer la paz con esas personas que nos hicieron daño para poder reinventar una nueva democracia", aseguró.

Es así como la excandidata presidencial dijo que luego de un año del proceso de paz que viene negociando el Gobierno con las Farc "es mejor que nos cueste algo la paz a que no nos cueste nada la guerra".

Betancourt afirmó que "el momento que estamos viviendo es muy diferente al que hemos vivido en procesos anteriores".

Además indicó que "la actual generación de las Farc es la última con motivación política y por eso hay que negociar (...) Timochenko es el único que está vivo de quienes ya habían negociado con el Gobierno".


Finalmente con relación a su posible regreso al escenario político, Betancourt dijo que en este momento su prioridad es su familia, sin embargo, no descartó una candidatura para las elecciones del próximo año, a pesar de su baja favorabilidad en las encuestas.

"Mi secuestro fue muy duro no sólo para mí sino para mi familia. Ellos sienten mucho temor de que yo pase mucho tiempo en Colombia porque esto fue muy difícil de superar y aún hay cosas que quedan (...) en este momento no puedo decir si lo haría o no porque mi prioridad es mi familia, pero también hay un compromiso con Colombia".