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El papa se prepara para multitudinaria misa en popular santuario de Paraguay

Papa Francisco durante su visita a Paraguay

El papa Francisco celebrará hoy su primera misa multitudinaria en Paraguay, el país más católico de América Latina, en el santuario de la Virgen de Caacupé, su patrona nacional, en la última etapa de su viaje a Sudamérica que también lo llevó a Ecuador y Bolivia.

La visita a Paraguay, donde el 90% de la población es católica, será la más espiritual de su periplo, marcado por su histórico pedido el jueves para que "el mundo cambie".

 

Las críticas al actual modelo económico que respeta sólo la lógica de la ganancia, multiplica el número de excluidos y destruye la naturaleza, forma parte del mensaje que el papa argentino llevó a tres de los países más pobres de Sudamérica.

 

Cientos de miles de peregrinos provenientes de Argentina y Brasil se unirán a los miles de paraguayos que se han movilizando de todas partes del país para honrar a la Virgen Milagrosa de la que el mismo papa es devoto, en el popular santuario de Caacupé, a 40 kilómetros de Asunción.

 

El papa oficiará también la misa central el domingo en el campo militar de Ñu Guazú, donde la Iglesia estima que asistirán cerca de tres millones de personas.

 

Honrar a la Milagrosa

 

A través de la Virgen de Caacupé el papa también quiere homenajear a la mujer paraguaya, que supo defender la Patria, la lengua y la fe "en momentos dramáticos de su historia", según recordó en su primera intervención pública.

 

"Han llevado el paso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su país", expresó en referencia a la Guerra de la Triple Alianza que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay entre 1864 y 1870 y diezmó la población paraguaya.

 

"La mujer paraguaya, la más gloriosa de todas", reiteró durante el encuentro en el jardín del Palacio de López, sede de la presidencia.

 

Antes de partir el sábado en automóvil hacia Caacupé - donde según la Iglesia habrá al menos un millón de personas - el papa visitará el hospital pediátrico "Niños de Acosta Ñú" de Asunción, donde se encuentran internados un centenar de menores, entre ellos varios con enfermedades terminales.

 

La Iglesia espera a al menos un millón personas en Caacupé.

 

En su primeras palabras pronunciadas en tierra guaraní Francisco recordó a los "queridos amigos" de la parroquia dedicada a esa Virgen en Buenos Aires, la mayoría inmigrantes paraguayos que residen en el barrio Villa 21, uno de los más pobres de la capital argentina, con quienes tejió una relación cercana cuando era un simple arzobispo.

Contra la corrupción, las desigualdades y con los que sufren

 

El papa argentino, que parecía algo cansado al final de su extenuante jornada este viernes, aprovechó el encuentro con las autoridades y dirigentes políticos para hacer un llamado contra la corrupción y a favor de los humildes en un país con casi 40% de pobres.

 

"Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral del ser humano, especialmente el más vulnerable e indefenso", instó ante el presidente paraguayo Horacio Cartes.

 

Paraguay, con siete millones de habitantes, es uno de los países más pobres entre las naciones desiguales de América Latina.

 

Apenas llegado, mientras se dirigía a la nunciatura apostólica, donde se aloja, el papa paró frente a la cárcel de mujeres "Buen Pastor", una cita no programada para manifestar su solidaridad y cercanía con todos aquellas que sufren por la falta de libertad.

 

Un gesto que cumplió también en Bolivia, donde visitó la cárcel de Palmasola, una ciudadela de Santa Cruz de la Sierra, entre las más violentas y peligrosas de América Latina, para escuchar las quejas y el dolor de los presos y denunciar la lentitud de la justicia.

 

La mayoría de movimientos políticos, sociales y campesinos paraguayos que venían manifestándose interrumpieron sus protesta, mientras la organización "Somos Gay" hizo colocar grandes carteles bien visibles en el itinerario del papamóvil con la leyenda "Yo no soy quién para juzgarlos", una frase emblemática del cambio de mentalidad que impulsa Francisco y pronunciada por él mismo a propósito de los homosexuales.

 

El domingo, después de un encuentro con los jóvenes en Costanera, el papa emprenderá su viaje de regreso a Roma.

 

Se trata de la segunda visita a Paraguay de un pontífice, luego de la celebrada por el polaco Juan Pablo II en 1988, un año antes de que cayera la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).