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El secuestrado que debe estar escribiendo un libro

Nadie sabe nada de <b>Enrique Márquez Díaz</b> desde hace 16 años que fue secuestrado por la guerrilla de las Farc y sin embargo sus padres imaginan que debe estar escribiendo un libro en cautiverio, que es una manera de decir que piensan que está vivo.

Don Ismael y doña Amalia creen que Enrique desde hace mucho tiempo dedica su tiempo libre a escribir un libro sobre economía solidaria y cooperativismo y que incluso la guerrilla aprovecha su experiencia en estos temas, para hacer propuestas tendientes a favorecer a los campesinos con este tipo de estrategias sociales, en virtud del proceso de paz que actualmente se adelanta en La Habana, Cuba.



Lo del libro es una noticia que se supo hace muchos años cuando varias personas que habían sido secuestradas en las denominadas pescas milagrosas recobraron su libertad y le contaron a los padres de Enrique, que a su hijo le habían concedido un permiso especial para escribir.

Don Ismael relata que varios de los liberados que regresaban de las garras de alias Romaña, le contaron que su hijo "en su mochila de viaje siempre iba con sus papeles que cuidaba como un auténtico tesoro".

Y cuenta también que cuando a los secuestrados "les daban cigarrillos, elementos personales y de aseo, Enrique prefería cambiarlos por cuadernos, esferos y lápices, para poder avanzar en su labor".

Hace mucho tiempo que nadie trae noticias de Enrique y por eso nadie sabe qué ha pasado con el intento literario de este abogado y economista, secuestrado en Bogotá el 11 de febrero de 1999.

Nunca ha habido pruebas de supervivencia, nadie sabe nada de su condición, no se sabe si está vivo o muerto y sin embargo para sus padres este joven sigue escribiendo a hurtadillas mientras el tiempo y las circunstancias adversas se lo permitan.

Don Ismael cree que el libro que escribe su hijo hace tantos años debe llamarse "el desarrollo del sector campesino colombiano a través de formas solidarias y de la economía cooperativa de empresas asociativas", aunque luego se ría del nombre porque le parece demasiado largo.

Doña Amalia por su parte es mucho más práctica y cree que el libro de su hijo debe llamarse "Mis experiencias en el secuestro".

El tema

Para don Ismael no queda duda que la experiencia de Enrique como director del desaparecido Departamento Nacional de Cooperativas Dancooop y funcionario de Conalcrédito para el momento de su secuestro, inclina la balanza hacia la economía solidaria y del sector cooperativo.

Sus investigaciones en Colombia y el exterior lo hicieron un experto en estos temas y don Ismael tiene la certeza que este tema ha sido parte esencial de las discusiones de Enrique con la guerrilla, que ha hecho propuestas sobre el tema en primera instancia con ocasión de los fallidos acercamientos de paz en el Caguán y ahora en las conversaciones que se adelantan en La Habana.

"Las informaciones que recibimos son bastante limitadas y restringidas pues nunca hemos tenido pruebas de supervivencia directas, pero por la referencia de muchos secuestrados y en su momento del desaparecido Jaime Garzón, sabemos que en su tiempo de ocio en el cautiverio escribe notas de reflexiones en torno a la situación el campesino y dentro de ese ambiente, creo que eso es compartido con las Farc", le dijo al programa Noches de Libertad de RCN La Radio don Ismael.

Su papá insiste en que la preocupación de su hijo sobre el tema debe persistir a pesar del cautiverio y cree tener la certeza que "los bosquejos y ensayos de los papeles que está escribiendo, tienen que ver con esa preocupación".

Con la misma certeza con que no puede asegurar que su hijo esté vivo, don Ismael señala que "con sinceridad no puede decir y asegurar, ni siquiera inducir, que su hijo haya tenido alguna participación en el planteamiento que sobre tema se ha hecho en el marco de las negociaciones de paz en La Habana".

La amorosa compañía

Don Ismael ha podido soportar la angustia del secuestro de su hijo durante tanto tiempo, gracias a la compañía amorosa de su esposa Amalia, con quien cumplió 59 años de casado y a quien todavía le dice "bebé". Ella asegura que Enrique debe es "escribir de todo porque es una persona que investiga y como es tan estudioso, no solamente publicará un libro, sino unos 20 mil", dice doña Amalia, quien también cree que el tema central es el cooperativismo.

Sin embargo al plantear que su hijo puede hablar de sus experiencias en el secuestro, abre el interrogante sobre tantas cosas que hasta el momento no se saben y seguramente no se sabrán jamás.

Es posible que en ese libro deba estar una remembranza sobre la imagen congelada del hombre que tenía treinta años cuando fue secuestrado y que para su familia sigue estando igual de joven.

"Es muy difícil dejar de verlo jovencito de 30 años con su ojitos tan expresivos, con su forma de ser tan especial", ha dicho en todos los tonos doña Amalia, cuando cada madrugada del lunes envía sus mensajes a través de la radio en La Noche de La Libertad.

No se sabe si sea el propio Enrique o sus padres los que deban escribir la palabra milagro, como la más importante para que esta historia tenga un final feliz.

"No hay como llevar el vacío, pero tenemos una gran fe en que el Todopoderoso y la Virgen Santísima nos van a hacer el milagro de traerlo de nuevo", dice doña Amalia, en una expresión que la llena de vitalidad.

La vida de los Márquez ha sido una cadena de oración permanente desde el once de febrero de 1999 y esa fe debería ocupar un capítulo muy importante en el libro que alguien debe escribir.

Las otras historias

Es posible que la historia del "Quique Quique del alma", como le dicen en los mensajes que le envían a través de la radio, sean de economía solidaria, pero no hay nada más cooperativo que el afecto y el cariño de quienes lo siguen esperando.

Es posible que en ese libro deban estar las historias de los encuentros con los amigos de Enrique y las celebraciones a pesar de su ausencia.

Doña Amalia nos recuerda que "se acabaron de celebrar los 25 años del grado de Enrique y como no está, invitaron a su hermano para que lo reemplazara en el encuentro".

O es posible también que este libro recoja las infinitas nostalgias por su ausencia y las frases de su mamá que dice con resignación "que no sabemos porque mi Dios nos ha mandado esta pena tan dura, pero cuando él la manda, por algo será".

Y las sensaciones dolorosas y la incertidumbre de quien piensa desde hace 16 años, todos los días, todas las horas en su hijo, porque como dice doña Amalia "es muy difícil poder uno sustraerse un minuto de todos los detalles de un secuestro".

Pocas certezas

Nadie sabe qué ha pasado con Quique y en todo este tiempo dolorosamente la única certeza es que fue secuestrado y que ahora no se sabe si está vivo o muerto.

"La certeza es que está con las Farc, en manos del frente 51 y que su secuestro al parecer fue un error, porque querían al gerente de la cooperativa en dónde trabajaba y se llevaron a Enrique", asegura doña Amalia.

Para doña Amalia la historia de su hijo debe contar que el responsable es el comandante del Frente 51 Miller Perdomo y que a su muerte, quien sabe que ocurrió con su hijo, es alias Romaña, actualmente en la mesa de negociación del proceso de paz en La Habana Cuba.

La familia siempre ha tenido presente que el objetivo del secuestro era presionar un canje con el gerente de la cooperativa para la que trabajaba y recuerda que en su momento Jaime Garzón les dijo que "no pagaran ni un peso, porque no se trataba de un hecho extorsivo".

Otros capítulos

Y si sigue escribiendo es posible que muchos piensen que debe ocupar un capítulo a ese último instante en que Enrique pudo hablar con su familia hace ya 16 eternos años.

"El mismo día que se lo llevaron, como cosa extraña, lo dejaron llamar dos veces y nos dijo con quién estaba", recuerda doña Amalia.

Seguramente deberá escribirse sobre la certeza que tiene la familia de Enrique Márquez de que está vivo, aunque doña Amalia tenga la sensación de que se encuentra reclutado por el grupo guerrillero. "Todos terminan en las filas de las Farc, porque ellos deben hacerse al medio", dice con resignación doña Amalia.

Como quiera que se llame el libro y aunque hasta ahora no hay una sola prueba de supervivencia, su familia lo imagina aún vivo y en la dureza de la selva, escribiendo sus propias memorias del infierno.