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ELN: ¿dialogar o secuestrar?

La liberación del contratista secuestrado Gernot Wober, el anuncio del comandante Nicolás Rodríguez de que esta organización guerrilla “está abierta al diálogo sin condiciones”, y el ofrecimiento del presidente uruguayo Pepe Mujica para servir como mediador a un eventual diálogo de paz; acrecentaron los rumores de que el ELN y el gobierno ya habían fijado fechas y agenda para iniciar conversaciones de paz.

Incluso el Vicepresidente Angelino Garzón declaró esta semana que en “próximos días” se iba a iniciar los diálogos de paz con el ELN, y que éstos iban a darse en mesas separadas a las Farc para “no mezclar peras con manzanas”.

A pesar de estar involucrado aparentemente en conversaciones de paz, el ELN volvió a secuestrar a contratistas de la industria petrolera el pasado martes 10 de septiembre en Saravena, Arauca.

Así las cosas, parece ser que la agenda política del ELN no contempla la renuncia al secuestro político y extorsivo, pues durante los años 2012 y 2013, el ELN privó de su libertad a 23 contratistas del sector petrolero (ingenieros, empleados, conductores y comunicadores sociales).

Esto quiere decir que el ELN cometió 3 de cada 4 secuestros relacionados con trabajadores y contratistas de la industria petrolera, convirtiéndose en la guerrilla más secuestradora de Colombia (las Farc secuestraron a 8 contratistas en ambos años).

Pero, ¿cómo se puede entender que el ELN mientras pide pista para dialogar, no ha renunciado al secuestro? – Una posible explicación es política: el ELN secuestra a contratistas para sabotear la construcción del Oleoducto Bicentenario (OB).

Prueba de ello es que el 55% de los contratistas y trabajadores secuestrados en los dos últimos años, tuvieron una relación directa con el OB, según datos reportados por el analista de riesgos, Orlando Hernández (ver el reporte aquí: INVITACIÓN ).

¿Y por qué sabotea este oleoducto el ELN? - Para el politólogo y analista de conflictos, Eduardo Cedeño, “el ELN no percibe las privaciones a la libertad de estos trabajadores como un secuestro sino como retenciones de trámite, es decir, como detenciones de trabajadores para presionar a las compañías petroleras para que contraten mano de obra local (relacionada con sus organizaciones de base), y arreglen y construyan vías terciarias que beneficien a los campesinos”. Esto significa que con los secuestros, el ELN presionan a las compañías para que inviertan recursos en sus comunidades de base.

Esta situación muestra que a pesar de ser una guerrilla de menor tamaño y con menos capacidad de ofensiva militar (si se compara con las Farc), los logros de un eventual diálogo de paz serían acotados, pues el ELN –y en especial el Frente Domingo Laín- no tienen incentivos para renunciar a prácticas de violencia política que para el gobierno son prerrequisitos para sentarse en una mesa.

¿Es consciente de eso el gobierno, en especial Angelino Garzón?