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Interpol capturó en España a manizaleño

Está condenado por el atentado a una corredora de bolsa

En la ciudad de Murcia, España, fue capturado el manizaleño Juan Sebastián Arenas, estudiante de Derecho de la Universidad de Manizales, para la época y quien había huido, después de conocer que el Tribunal Superior de Manizales, lo había condenado a 33 años de cárcel, por el atentado del que fue víctima la reconocida corredora de bolsa, Luz Estella Castaño Ramírez, en hechos que ocurrieron en el 2009, cuando salía de su casa ubicada en el barrio La Primavera.

Un Juez lo había absuelto en fallo de primera instancia, sin embargo, la Fiscalía y la defensa de la víctima apelaron la decisión ante el Tribunal Superior de Manizales, que les dio la razón y revocó la absolución en Diciembre de 2010.

Según las autoridades de policía españolas, el estudiante de Derecho de la Universidad de Manizales, se refugiaba en una zona conocida como La Alberca, donde montaron un operativo y lo aprehendieron.

Pero recordemos esta historia cruel, infame y criminal, que se derivó del no pago de una suma de dinero cercana a los 90 millones de pesos a la corredora de bolsa:

El tribunal superior de Manizales revocó un fallo de primera instancia y condenó a Juan Sebastián Arenas Páez a 33 años y un mes de prisión, y a una multa de 200 s.m.l.v por los delitos de homicidio agravado tentado en calidad de determinador, porte ilegal de armas, fraude procesal y falsedad en documento privado; así mismo a Albeiro de Jesús Velásquez Agudelo alias "El Mico" a 34 años y 3 meses de cárcel por ser el autor material del atentado contra la señora Luz Stella Cataño Ramírez, ocurrido el pasado 20 de octubre de 2009, cuando salía de su casa y en su vehículo fue abordada por el sicario alias "El Mico", quien le disparo en varias oportunidades, causándole heridas de gravedad y ceguera permanente.

El autor intelectual del hecho, Arenas Páez quedó en libertad en sentencia de primera instancia, pero la sala penal del referido tribunal, analizó nuevamente el material probatorio donde se logró establecer que era el único que tenía motivos para atentar contra su vida y consistían en que la víctima y Arenas Páez, tenían una relación de negocios.

El hoy condenado le debía a la victima más de 89 millones de pesos, una parte de ellos representados en una camioneta que estaba en su poder, además se conoció que el acusado estaba a punto de casarse.

En audiencias anteriores la madre y el hijo de la victima quienes estaban cerca de donde ocurrieron los hechos, lograron identificar al sicario y autor material del delito. Partiendo de este punto, y para lograr su captura la justicia comenzó a hacerle seguimiento y encontró un vinculo entre el sicario y Juan Sebastián Arenas Páez, por medio de unas llamadas, en las que se notaba que estaban siguiendo a otra víctima, se trataba del señor Héctor Leonador Grajales Calles a quien Arenas Páez, le debía también dinero y quería desasearse de él. En colaboración con la policía le hicieron creer al sicario y a Juan Sebastián que su nueva víctima estaría en la clínica Santillana y fue ahí donde capturaron al sicario alias "El
Mico" y se logró frustrar este nuevo atentado.

La familia de Luz Stella Cataño Ramírez cree que al fin se hizo justicia, hablamos con la hermana de la victima Alaba lucia Cataño, sobre si sabia del paradero de Juan Sebastián Arenas autor intelectual de hecho y quien había quedado en libertad en días pasados dijo que ha escuchado rumores que está en España.

También se conocieron detalles relacionados con lo sucedido después del atentado, donde el autor intelectual, Arenas Páez, sin dar condolencias de lo sucedido y supuestamente siendo inocente, contacto a la victima para devolverle la camioneta y pagar su deuda también con un apartamento que tenía en Medellín; detalle que confirmó a las autoridades su culpabilidad.

Además se estableció que dicha camioneta estaba a nombre de otra persona, a quien se le pago 50 mil pesos para que prestara su nombre, pero que el vehículo quedara en poder del acusado.

Extrañamente días antes del atentado, el acusado se interesó inexplicablemente sobre su paradero, a donde iba o donde estaba.