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Jaime Bayly: Es desconcertante que en Cuba se negocie el futuro de la democracia colombiana

En diálogo con RCN La Radio, el periodista y escritor peruano Jaime Bayly, aseguró que la situación de la prensa en América Latina se está tornando cada vez <i>”más tensa</i>”.

Con motivo de la presentación de su libro este jueves en Bogotá “La lluvia del tiempo”, Bayly aprovechó para explicar que la novela nació a partir de su experiencia como periodista ”incómodo”.

Bayly califica su novela, una obra de ficción con alto contenido de anécdotas personales, como “una revancha”.

En “La Lluvia del tiempo”, el autor relata un hecho que quedó marcado en su trayectoria personal y profesional y ocurrido en 2001, cuando, en exclusiva, reveló que en el entonces candidato presidencial de Perú Alejandro Toledo tenía una hija no reconocida.

Aquello, indicó, le metió de lleno en luchas de poder político, empresarial y mediático, que se saldó con su despido fulminante del canal donde entonces trabajaba como estrella televisiva.

En su novela, “que tiene una parte de ficción, pero minoritaria”, Bayly narra con crudeza esa lucha que “podría haber ocurrido en Colombia, Argentina o Ecuador”, y para ello usa “arquetipos o personajes dibujados para la literatura pero secuestrados de la realidad”.

Bayly también se refirió a la situación de los periodistas en América Latina, aseguró que, ”en Venezuela ya no se puede practicar casi ya el periodismo de oposición, no digamos el caso de Cuba donde hay una dictadura que lleva restringiendo las libertades desde hace ya más de medio siglo”.

Además agregó, ”veo con cierto desconcierto que en Cuba, la capital de las dictaduras latinoamericanas, se negocie el futuro de la democracia colombiana”.

Bayly consideró que el hecho de que el proceso de paz entre la guerrilla de las Farc y el gobierno se haga en la Habana, sumado a ”que en Caracas hay un gobierno de matones, que no toleran la crítica y no son respetuosos del periodismo opositor, me parece alarmante”.

El escritor recalcó que el papel de la prensa no es “un papel servicial, difícil de aplaudir a los poderosos sino tiene que estar ahí para vigilar, criticar e irritar a los poderosos”.
Si luego te despiden, que te despidan. Un periodista que subordina su trabajo al miedo es un periodista que está lisiado”, concluyó.