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La esperanza que une a un país dividido

Estamos de fiesta porque hemos hecho historia en el fútbol. Pero lo mejor es ver que si podemos tener un país unido en torno a una misma causa. Por hoy no hay colores políticos ni diferencias, hay una celebración en torno al genio de unos jóvenes y un director técnico que le han dado a este país una esperanza, un motivo de orgullo.

Qué bueno saber que hoy en el mundo se habla de Colombia por la grandeza de sus deportistas y no por el horror de sus delincuentes ni de su guerra. Ojalá este triunfo nos abra una puerta que vaya más allá de lo que se juega en la cancha.

En otros países han logrado convertir los triunfos deportivos en motivos de unidad que abren puertas a solución de conflictos, que permiten avanzar en momentos claves. Qué bueno sería que el espíritu que nos contagia la selección desde Brasil se quedara y nos permitiera reconocernos como país que puede ser mucho más en medio de las diferencias.