La lección del pueblo de Brasil: inolvidable
No hay un país más futbolero en este planeta que Brasil. Por algo gano más que nadie la Copa del Mundo, cinco veces.
24 Jun 2013 - 12:57 pm
Pero estas dos semanas de la Copa de las Confederaciones, ya tienen un veredicto: el pueblo no trago entero el tema de la sede, y la celebración de una fiesta que se vio trunca, llena de contrariedades, y lo más grave ,cobro víctimas.
Brasil vive una difícil situación social que Dilma Rouseff heredo de Lula da Silva, el más mediático presidente latino americano, que de líder sindical llego a manejar este monstruo de 205 millones de habitantes en dos periodos. Es el quinto país más poblado del mundo.
La clase media emergente de Brasil, afectada por todas la medidas, salió a la calle a protestar, primero con mucha civilidad, y luego con infiltrados, los desfiles fueron un verdadero caos.
El punto clave fue después del triunfo ante México, victoria 2-0, cuando unánimemente
los futbolistas de la selección apoyaron la reivindicación que pedía el pueblo, contra lo que piensa Dilma y paracaidistas que como Pele, decían que" era hora de pensar en La Copa de las Confederaciones y no en el momento social tan peligroso".
Brasil deja una imagen poco auspiciosa para el 2014.Muchas agencias de turismo en el mundo, han empezado a recibir cancelaciones. Los seiscientos mil turistas que se esperan, pueden disminuir considerablemente. Él pueblo de Brasil, sentencio: No soporta más un Gobierno de apoyo a la mayoría, pero a costillas de los que trabajan. Un modelo que no se puede copiar, según los analistas que han vivido esta cruel batalla ideológica de un continente, que venía caminando en silencio, pero que reventó, en cuanto le lastimaron sus bolsillos e hirieron su orgullo. Parece que nos tildaran de tontos, dijo uno de los líderes.
El Fútbol, no es la prioridad de Brasil, hay problemas más de fondo que tienen que resolverse y no en lo que resta de aquí al Mundial. Es menos de un ano, y Dilma, no tiene-evidentemente-la varita mágica. Menos la FIFA, que va con su interminable lista de burócratas, se enriquece mas, saca lo suyo y se marcha dejando esclavos a los países que organizan eventos con sus deudas.