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La Opinión se escucha de RCN La Radio: Por Orlando Mejía

Reflexiones sobre la dirigencia política

El presidente uruguayo José Mujica ha dado otra lección a la clase política mundial y, en general, a esta sociedad consumista actual donde se cree que todo se compra y se vende, incluyendo a las personas y sus convicciones. Un jeque árabe le ha ofrecido un millón de dólares por su vetusto Volkswagen Fusca, modelo 1987, y él ha dicho que no, que su carro le fue obsequiado por una colecta de amigos y no los piensa ofender vendiendo un regalo. De hecho, la negativa de Mujica es un profundo acto simbólico: todavía quedan en el mundo seres humanos que no tienen precio, que aman la sencillez y la transparencia, y él demostró, además, con su excelente presidencia de reivindicación social de los más pobres, que se puede ser un político honesto y exitoso.

Contrasta este hecho con el reciente escándalo del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, cuya esposa, actriz de telenovelas, compró una lujosa casa de más de 10 millones de dólares, a una empresa que tiene licitaciones vigentes con el gobierno de su marido. Un ejemplo más de la historia de siempre: los conflictos de interés, el Estado al servicio de los particulares, mientras tanto su país atraviesa la más grave violencia que ha tenido en su historia, debida a las mafias del narcotráfico.

En Colombia estamos acostumbrados a los políticos prototipo "Peña Nieto" y son exóticos los ejemplos similares al de Mujica. Sin embargo, la ciudadanía debería ser, cada vez, más exigente frente a los individuos que pretenden llegar al poder de la política.

En Caldas nos ha faltado también que la sociedad civil sea más contundente a la hora de rechazar los políticos que surgen, a veces, como unos aparecidos sin méritos intelectuales ni académicos, pero sí llenos de dinero y donde el origen de sus riquezas son un misterio. Ahora que se vienen las elecciones a la gobernación, el próximo año, deberíamos recordar que existen los testaferros ideológicos, familiares y económicos.

Lo mínimo es pedirles a los futuros candidatos y a los partidos políticos que los respaldan, que muestren las declaraciones de renta de sus elegidos y que nos garanticen que ellos no poseen nexos cercanos con grupos fuera de la ley o con delincuentes prófugos que le han hecho mucho daño al departamento, como por ejemplo un nefasto exgerente de la Licorera de Caldas cuyos tentáculos, según rumores, parecieran continuar manipulando, de manera descarada y vergonzosa, varias áreas de poder de nuestra sociedad local.