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La otra cara del atentado, dos días después

Como dirían los mayores, "una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín" y la cercanía con la realidad de lo ocurrido el pasado sábado con el fallido atentado hacia la brigada 23, nos permite una aproximación a una verdad que los mandos militares intentan “maquillar” para bajarle el tono.

El censo realizado por la dirección para la gestión del riesgo de Pasto dan cuenta de 85 viviendas afectadas en zonas residenciales aledañas a la guarnición militar 27 en la Avenida Colombia; 24 en el Rincón del Paraíso; 3 en Normandía, 2 en el Javeriano, 2 en Los Olivos, 24 en el conjunto residencial La Gran Colombia y 1 en el barrio Navarrete con rotura de vidrios de fachadas y marquesinas, sin embargo precisó que este número puede aumentar.

En la avenida Colombia nos encontramos con encontramos con una casa y un Hotel totalmente afectados por la onda expansiva, La señora Miriam Gómez describe con dolor como la totalidad de las habitaciones de su hotel y la casa a su lado quedaron destruidas en su ventanales, y la estructura general afectada resultó afectada con agrietamientos, “ una imagen dice más que mil palabras, ustedes pueden ver las afectaciones, el hotel se quedo sin ventanales y las paredes están todas agrietadas, creo que hay que hacer una revisión de la estructura y en mi casa que está al lado se cayó este muro, varias puertas se salieron y nosotros estamos en alerta total, con miedo de todo”, dice doña Miriam mientras nos indica desde la casa de su vecino los destrozos en su propiedad.

El lugar desde donde observamos lo que pasa en las casa y el hotel de doña Miriam es una pequeña cas de corte antiguo, construida en Tapia que tiene un huerto que termina en el paso del rio Pasto, ahí, en este huerto, un cráter de casi dos metros de diámetro y 90 centímetros de profundidad es la muestra fiel de la capacidad destructiva del artefacto explosivo artesanal que tomo rumbo diferente al objetivo establecido para detonar en la noche del sábado en el lugar donde duerme Puma, un perro Pastor Alemán que cuando llegamos salió corriendo asustado.

Don Marino Burgos es el propietario de la casa y es el dueño del perro que quedo sordo, con algo de ironía y sabiduría popular expresó su opinión frente la posibilidad que nuevamente se contempla del traslado de las instalaciones militares, “yo no sé si opinar o no sobre s este tema, pero esto es muy simple, se lo explico con un ejemplo, si usted le pone un queso a un ratón, pues para allá va. Las autoridades sabrán si deben o no tomar esa decisión, pero este no es el primer ni segundo atentado ya es el cuarto y seguramente nos será el ultimo”.

Las autoridades militares expresaron que en las instalaciones militares no había pasado nada y por ello estaban tranquilos pero parecen olvidar que su misión esencial es proteger a la comunidad, pero su ubicación actual los convierte en un blanco fácil y colateralmente afectaría a la propia comunidad. El debate nuevamente está abierto y seguramente en los próximos días será tema de conversación y discusión, mientras tanto hoy las medidas de seguridad alrededor de la guarnición militar se extremaron, quizás demasiado tarde, pero como dicen por ahí, “más vale tarde que nunca”.