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La vida al borde de una grieta

RCN La Radio estuvo en Junín, municipio de Cundinamarca, acompañando la difícil situación de miles de personas amenazadas por centenares de grietas, que en apenas meses han transformado el paisaje, debido a una falla geológica en la zona. <b><a href="http://www.rcnradio.com/videos/en-video-alarmante-situacion-de-junin-las-grietas-estan-afectando-campos-y-viviendas-196393" target="_blank">Vea aquí el video </a></b>

La carretera que llega a la montaña de Junín, Cundinamarca, es ondulada, algunos de los pobladores nos contaron que días atrás habían rellenado con arena una pequeña grieta en la vía. Están acostumbrados a que se quiebre el cemento.

La primera vivienda que nos sorprendió está en una esquina de la plaza principal. Sus grietas se cuentan por decenas y se abren paso en los dos pisos. Las puertas y las ventanas no pueden ajustarse en esa casa donde ya no vive nadie, solo un par de locales funcionan allí

"La casa tiene agrietamiento por la falla geológica que conocemos hace 50 años, pero desde los últimos años, se mueve como un centímetro por año", dijo el dueño del predio desalojado. Lea también: Alerta por falla geológica en Junín, Cundinamarca

Las escaleras de la iglesia deformadas, el despacho parroquial con los pisos partidos y un pequeño auditorio abandonado son los primeros testimonios de una falla geológica que amenaza lentamente a Junín.

La profesora Amparo, pensionada de la educación pública, dijo al respecto que, "muchas personas han tenido que irse porque da miedo estar en la noche y han alquilado piecitas en otras partes".

Pero la extensión del daño es mucho mayor de lo que se advierte en el casco urbano. Aurora nos llevó por los territorios donde la tierra se mueve, en la veredas Severo, San Pedro y Santa Bárbara.

"Esto era plano", describía Aurora mientras miraba las grietas que se extienden a lo largo de praderas en profundidades de hasta 3 metros y medio.

Parece como si una retroexcavadora hubiera arrastrado su pala en el potrero. Desaparecieron los caminos de los campesinos.

"Cuando la tierra empieza a rugir, la perra me avisa dónde ruge y debemos salir en la noche cuando llueve porque uno no sabe qué puede pasar en cualquier momento", dijo al respecto de la incertidumbre en la que vive.

Los árboles han caído a medida que la tierra se mueve y los primeros en notarlo siempre son los perros.

Una casa se ve suspendida en un montículo de tierra al lado de una grieta. Aurora aseguró que hace un año esa casa no estaba así.

En una zona se ve un charco aunque no había llovido hacía días, más adelante bullen manantiales, filtrados de una quebrada cercana que lleva aguas negras del pueblo, a 80 centímetros de profundidad, los palos de madera tocan fango.

Las matas de maíz de Aurora amanecieron hace poco en el suelo y se marchitaron, igual que los cultivos de Isidro, como si una ventisca los hubiera echado por tierra.

"Todo se rompió: La finca, los cultivos, todo esto se cayó, todos los ocales, todo se fue para abajo", describió Isidro.

La falla geológica es de toda la vida, pero según contaron los pobladores, la falta de alcantarillado y la extracción de gravilla han hecho del fenómeno natural una verdadera amenaza para este municipio del centro del país.