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Un hombre lleva 16 años viviendo en una alcantarilla, luchando contra las drogas

Camilo nunca soñó con vivir allí, pero tampoco midió que eso podría pasar al haber cogido un cacho de marihuana.

Camilo no supera los 40 años de edad, pero lleva 16 viviendo en una alcantarilla de la Avenida Boyacá con la calle 57.

Su apartamento, como él lo llama, consta de una cobija que pone sobre una tabla, un par de ollas viejas en la que prepara una sopa diaria y dos canecas que de vez en cuando funcionan como unas cómodas sillas.

Allí ha tenido que aprender a vivir con ratas, frío, basura y ni que decir de aquellos días de invierno en que su "vivienda" se convierte en una laguna.

"Aquí las ratas me han mordido las manos cuando me he quedado dormido y cuando caen esos aguaceros la única opción que tengo es salir corriendo", asegura.

Sabe trabajar la ornamentación a la perfección, y sostiene que así como moldea el metal y el hierro le gustaría enderezar su estilo de vida, "pero ha sido imposible por más que lo he intentado".

El vivir en esa alcantarilla tiene un objetivo y es el huir de la sociedad, "aquí nadie me ve cuando consumo", afirma.

"Yo tengo dos hijos y no me gustaría que vieran alguien como yo fumando en la calle ni en la puerta de la casa. Sí hay de morir en este estilo de vida, moriré como mi esposa, sola en este hueco", dice con lágrimas en sus ojos.

Camilo con su indiscutible forma de vestir como habitante de calle no olvida que la madre de sus hijos, quien también vivió con allí, perdió la vida tras ser asesinada por su amante.

Al preguntarle por ella, prefiere agachar su mirada y recordar en pocas palabras aquel día que la muerte visitó sus vidas.

Después de que ella se fuera él ha tenido un par de relaciones más. La última, con una mujer de 20 años de edad, hija de un coronel activo de la Policía.

"Pero la historia se me repitió, ella prefirió irse a sufrir otra vez con otro tipo. Espero no tenga que verla morir aquí también", señala con un notable dolor en su alma al relatarlo.

Por ahora este hombre tiene un sueño, salir pronto de "este infierno de vida. Qué desgracia haberme encontrado con la marihuana", dice con rabia.

"No quiero estar más en este mundo dependiendo de este maldito vicio", anota.