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Peña Nieto pide a los padres de los 43 desaparecidos que confíen en investigación

Treinta y tres días después de la desaparición de 43 estudiantes mexicanos, el presidente Enrique Peña Nieto escuchó por primera vez a sus desesperados padres y les pidió que confíen en que encontrará a los jóvenes y aplicará justicia.

"Tuve oportunidad durante prácticamente cinco horas de escuchar sus preocupaciones, sus inquietudes, el dolor por el que están pasando", reconoció el mandatario en un mensaje posterior a medios.

Peña Nieto explicó que este encuentro a puerta cerrada con familiares, abogados y compañeros de los desaparecidos fue un espacio "que busca generar confianza", por lo que dio respuesta a 10 peticiones que le presentaron.

Ninguno de los padres compareció junto al presidente. El representante de las familias, Felipe de la Cruz, se comunicó por teléfono con periodistas que le esperan en un centro de derechos humanos para una rueda de prensa y únicamente avanzó que lo discutido con Peña Nieto "no es suficiente".

Los padres exigen a las autoridades que encuentren con vida a los 43 jóvenes, cuyo paradero se desconoce desde la noche del 26 de septiembre cuando fueron blanco de ataques por policías de la ciudad de Iguala y sicarios del cártel local Guerreros Unidos que dejaron seis muertos.

Como respuesta a las peticiones de los familiares, Peña Nieto se comprometió a fortalecer los esfuerzos para encontrar a los jóvenes "con un plan renovado de búsqueda".

Asimismo, aseguró que se creará una comisión con representantes de la fiscalía general y de los familiares para "mantener cotidianamente informados a los padres del curso de las investigaciones".

Peña Nieto reconoció la impaciencia de los padres por tener resultados así como su "preocupación" por "especulaciones" que han aparecido en medios de comunicación sobre los jóvenes.

Algunos testimonios de detenidos por este caso aparecidos en medios han ligado a los estudiantes con grupos armados, incluido el cártel local Los Rojos, enemigo de Guerreros Unidos.

Los padres creen que se trata de un intento de criminalizar a sus hijos, quienes estudian para convertirse en maestros en una escuela rural de magisterio de Ayotzinapa (Guerrero), conocida por su beligerancia política.

Presionado en México y el exterior con reclamos de organismos como la ONU, Peña Nieto reiteró su intención de aplicar justicia "tope donde tope" en este crimen, que ha destapado una trama de complicidades entre el narcotráfico, policías y autoridades de Guerrero.

Busqueda en los ríos

La fiscalía cree que los policías entregaron después a los 43 muchachos a los Guerreros Unidos y teme, por declaraciones de detenidos, que pudieron ser asesinados y enterrados.

Policías federales rastrearon este miércoles varios ríos cerca a Iguala con lanchas y buzos, como parte del operativo de búsqueda del que participan más de 2.000 efectivos.

Un funcionario federal dijo a la AFP que este rastreo trata de verificar unas declaraciones del supuesto líder de Guerreros Unidos, Sidonio Casarrubias, capturado el 16 de octubre.

Casarrubias indicó que, después de los ataques, integrantes de su grupo habrían arrojado bolsas con restos humanos calcinados en ríos, dijo la fuente.

Según la fiscalía Casarrubias admitió que avaló el ataque pues uno de sus lugartenientes le aseguró que los jóvenes eran miembros de un cartel rival.

Choques en residencia de gobernador

En Guerrero, una de las regiones más pobres y violentas de México, estudiantes y maestros protagonizan fuertes protestas casi a diario por este caso y ya incendiaron la sede del gobierno de Guerrero y la alcaldía de Iguala.

Este miércoles, centenares de maestros marcharon hasta la residencia oficial del nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, en Chilpancingo, capital estatal.

La manifestación derivó en un lanzamiento mutuo de piedras y petardos entre maestros y unos 200 policías antimotines que estaban dentro de la residencia. Luego los maestros consiguieron abrir la puerta principal empotrándole una camioneta que incendiaron.

Este crimen ha desatado la indignación contra la clase política mexicana. El anterior gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, tuvo que dimitir la semana pasada mientras que el entonces alcalde de Iguala, ahora revocado, y su esposa son la pareja más buscada del país.

La fiscalía asegura que ambos estaban al servicio de Guerreros Unidos y ha acusado al alcalde de ordenar reprimir a los estudiantes de Ayotzinapa porque pensaba que iban a sabotear un evento público de su esposa.